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HRW denuncia que la Policía de Kenia ha matado a siete personas durante el toque de queda

La ONG Human Rights Watch (HRW) ha denunciado la muerte de al menos siete personas a manos de la Policía de Kenia durante el toque de queda decretado por el Gobierno del país africano el pasado 27 de marzo como parte de sus medidas para hacer frente a la pandemia del Covid-19.

HRW ha contado que, en los primeros diez días de toque de queda, la Policía "sin justificación aparente", disparó y golpeó a varios ciudadanos que regresaban a sus casas después del trabajo, incluso antes de que diera comienzo la medida.

"La Policía también ha irrumpido en casas y tiendas, extorsionando y exigiendo dinero a los residentes, e incluso saqueando alimentos en lugares de todo el país", ha condenado la ONG.

Después de las denuncias de HRW y de otras organizaciones, el propio presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, salió ante la opinión pública el pasado 30 de marzo para disculparse por los desmanes cometidos por la Policía, pero, ha precisado la ONG, no ha ordenado a las fuerzas del orden que pongan fin a los abusos.

"Es impactante que las personas estén perdiendo sus vidas mientras supuestamente están siendo protegidos de la pandemia", ha lamentado el investigador principal para África de HRW, Otsieno Namwaya.

"La brutalidad policial no solo es ilegal; sino también contraproducente en la lucha contra la propagación del virus", ha añadido Namwaya.

HRW ha explicado que ha basado en su investigación en las entrevistas realizadas a casi una treintena de testigos y víctimas de la violencia policial relacionada con el toque de queda de varias ciudades, como Nairobi, Mombasa, Kwale, Busia, Kakamega, Mandera y Homa Bay.

Kenia, que actualmente ha registrado poco más de 300 casos y 14 muertes por Covid-19, anunció el pasado 25 de marzo el toque de queda como una parte de la batería de medidas que el Gobierno ha implantado para hacer frente al avance de la pandemia.

No obstante, la Policía, ha dicho HRW, "parece haber aplicado el toque de queda de manera caótica y violenta desde el principio", provocando situaciones contraproducentes en la lucha contra la pandemia, como la sucedida en Nairobi, cuando, tras detener y azotar en las calles a varias personas, las reunió a todas ellas en un espacio reducido.

Citando a varios testigos, HRW ha contado otro episodio en el que varias personas fueron víctimas en Mombasa de los abusos de los agentes de Policía cuando, esperando el ferry que les llevaría de vuelta a casa desde sus trabajos, fueron golpeados con porras y con las culatas de sus armas de fuego.

Una de las víctimas mortales es un joven de 13 años, alcanzado por un disparo de la Policía cuando se encontraba en el balcón de su casa, en el área de Eastlands de Nairobi, de acuerdo con la declaración que su padre ofreció tanto a la ONG como a los medios locales.

INVESTIGACIÓN "URGENTE"

La Policía anunció que iniciaría una investigación de lo sucedido, pero HRW cuestiona la veracidad de las palabras de las autoridades, pues "promesas similares en el pasado no han acabado en juicio".

Por todo ello, HRW ha insistido en que el Gobierno de Kenia y sus autoridades "deben investigar urgentemente los casos en los que la Policía disparó, golpeó o abusó de personas, matándolas o hiriéndolas gravemente, y responsabilizar a sus autores".

La ONG ha recordado además el "largo historial sobre el uso excesivo de la fuerza por parte de las autoridades policiales" que tiene Kenia, como las ocho muertes que se produjeron en febrero tras reprimir manifestaciones pacíficas y las más de 100 durante las manifestaciones de la oposición en el marco de las elecciones presidenciales de 2017.

"Las autoridades de Kenia deben asegurarse de que la Policía no lleve a cabo un uso de la fuerza excesivo y que el toque de queda se produzca legalmente para beneficiar a los kenianos", ha aseverado Namwaya, quien ha concluido pidiendo nuevamente a las autoridades "cumplir con las promesas de investigar los asesinatos y los abusos".