CORONAVIRUS
Críticas al Gobierno de Canadá por destruir en 2019 dos millones de mascarillas que ahora podrían usarse
Varios expertos en emergencias sanitarias han criticado al Gobierno de Canadá después de que una investigación de la cadena de radiotelevisión pública CBC revelara que en 2019 destruyó dos millones de mascarillas para sanitarios y 440.000 pares de guantes por estar caducados.
Las mascarillas y los guantes estaban guardados en un almacén en la localidad de Regina y fueron destruidos en 2019 porque se habían adquirido en 2009 y se recomienda que su uso se limite a los cincos años posteriores a la compra. Sin embargo, varios expertos en emergencias médicas han criticado la decisión del Gobierno y han argumentado que las mascarillas, del tipo N95, podrían haber sido utilizadas en plena pandemia del coronavirus porque siguen siendo eficaces.
Tanto los Gobiernos provinciales como los trabajadores sanitarios están sufriendo actualmente en Canadá una grave escasez de mascarillas N95, el modelo del que el Ejecutivo de Canadá destruyó hace solo unos meses dos millones de unidades. El modelo N95 se ha convertido en el estándar para los trabajadores sanitarios durante la pandemia del nuevo coronavirus porque está diseñado para impedir el paso de pequeñas partículas de virus.
La Reserva Estratégica de Emergencia Nacional (NESS, por sus siglas en inglés) depende del Gobierno federal canadiense y está integrada por una red de almacenes en todo el país en los que se guarda material y suministros médicos. Las provincias canadienses pueden pedir a este organismo material sanitario en caso de emergencias como un brote o una pandemia de una enfermedad infecciosa.
Meses antes de que comenzara la pandemia del coronavirus, el Gobierno canadiense decidió en la primavera de 2019 cerrar el almacén de la localidad de Regina y deshacerse de los suministros sanitarios que guardaba.
LOS EXPERTOS ASEGURAN QUE LAS MASCARILLAS SEGUÍAN SIENDO EFICACES
La destrucción de las mascarillas ha sorprendido a varios expertos en emergencias sanitarias, que mantienen que estos artículos, aunque la fecha de uso recomendado haya expirado, no deberían haber sido destruidos. En concreto, sostienen que las mascarillas deberían haberse repartido antes de que caducaran o incluso ya con la fecha de uso caducada porque siguen siendo eficaces.
"Estos tipos de máscaras y guantes no deberían acabar tirados en un vertedero", ha subrayado John Lindsay, profesor de emergencias y gestión de desastres en la Universidad de Manitoba. "Deberían haber terminado en las manos de alguien que pudiera usarlos de forma adecuada", ha señalado.
El exsenador conservador David Tkachuk, que redactó un informe hace doce años sobre la preparación de Canadá en casos de emergencia, ha asegurado que el almacén de Regina no estuvo bien gestionado y que el Gobierno de Ottawa todavía no ha aclarado por qué decidió clausurarlo.
"No se trata de una gestión de recursos en absoluto. Es una mala gestión", ha indicado. "Es una desconsideración con el erario público y alguien tiene que ser el responsable de esta gestión", ha remachado el exparlamentario canadiense.
La destrucción de los dos millones de mascarillas y los 440.000 pares de guantes ha sido desvelada por Joe Audette, que lleva una empresa de gestión de residuos en la localidad de Regina. Audette ha contado que en mayo de 2019 la Reserva Estratégica de Emergencia Nacional contactó con su compañía para deshacerse de una gran cantidad de guantes y de "material ligero".
En concreto, los responsables de este organismo solicitaron los contenedores de residuos del mayor tamaño posible. "Es el mayor encargo que nunca había visto. Por eso lo recuerdo tanto", ha señalado.
Su empresa finalmente no fue seleccionada pero semanas después vio que otra firma llevó un montón de contenedores para retirar "una montaña de cajas marrones" con mascarillas y guantes. "Es una vergüenza. Todo eso está ahora literalmente componiéndose bajo la basura. Intento no pensar en ello porque es de locos", ha señalado.
Por su parte, el profesor Lindsay ha hecho hincapié en que todo el material no debería haber acabado nunca en un vertedero sino que debería haber sido enviado a un sistema provincial de salud a una agencia sanitaria que pudiera haber aprovechado los guantes y las mascarillas.
EL SECRETISMO EN TORNO LOS ALMACENES DE RECURSOS DE EMERGENCIAS
Jack Rozdilsky, experto en preparación ante desastres y emergencias de la Universidad de York, en Toronto, ha reconocido que será difícil que el Gobierno dé explicaciones sobre la gestión del almacén y ha recordado que la Reserva Estratégica de Emergencia Nacional es un organismo que data de la época de la Guerra Fría y que siempre se tratado como si fuera un tema secreto.
"Puede que no podamos encontrar nunca respuestas que nos satisfagan sobre lo que existe y los números y las decisiones adoptadas. Porque muchos de estos almacenes y muchas de las decisiones que se adoptan todavía se enmarcan bajo el velo de la seguridad nacional", ha explicado este experto.
En una rueda de prensa el 1 de abril, la ministra federal de Sanidad de Canadá, Patty Hajdu, admitió que el país no estaba preparado para la crisis del coronavirus. "Creo que los Gobiernos federales durante décadas han estado dando fondos de menos para temas como la preparación ante emergencias y diría que obviamente gobiernos de todo el mundo están en la misma situación", indicó.