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PLAGA

Crece el temor a una segunda invasión de langostas en el este de África

La plaga de langostas que afecta desde hace meses a la zona este de África amenaza con recrudecerse a corto plazo con el surgimiento de nuevos enjambres, según las organizaciones internacionales, que han alertado de un posible "efecto dominó" a partir de las lluvias caídas en la región durante el mes de marzo.

Las larvas nacidas en Kenia, Somalia y Etiopía tienen ahora las condiciones idóneas para desarrollarse y seguir procreando, con el riesgo que conlleva no solo para los tres países más afectados, sino también para otros cercanos como Uganda y Sudán del Sur en los que se han registrado también enjambrs.

Estos nuevos insectos podrían poner nuevos huevos en mayo que eclosionarían a finales de junio o julio, coincidiendo con el inicio de la temporada de cosecha, ha advertido este martes el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que brinda ayuda a parte de la población afectada por esta especie.

No en vano, la langosta del desierto está considerada la plaga migratoria más destructiva del mundo y un solo enjambre que cubre un kilómetro cuadrado contiene hasta 80 millones de langostas, una cifra que podría multiplicarse por 20 durante la estación de lluvias.

Según la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) de la ONU, en los seis países más afectados ya hay unos 20 millones de personas con inseguridad alimentaria aguda. Solo en el caso de Etiopía, un millón de personas se han visto afectadas por la invasión y requieren de ayuda de emergencia, mientras que el nivel de destrucción alcanza ya las 200.000 hectáreas y las 356.000 toneladas de cereal.

La FAO está intensificando los esfuerzos prestando apoyo a la tareas de vigilancia, así como a las operaciones de fumigación aérea y terrestre que se están llevando a cabo en 10 países afectados. Hasta principios de este mes, se habían tratado más de 240.000 hectáreas con plaguicidas químicos o bioplaguicidas en toda la región

LAS CRISIS SE SOBREPONEN

La representante de la FAO en Etiopía, Fatouma Seid, ha subrayadol la importancia de garantizar por una parte las medidas de control y exterminio de la plaga y, al mismo tiempo, "proteger el sustento de la población afectada, especialmente ahora que a la situación se suma la crisis de Covid-19". La pandemia de coronavirus ya ha afectado al suministro de pulverizadores motorizados y plaguicidas.

Un experto agrónomo del CICR, John Karongo, también ha advertido de que "no se puede olvidar el brote de langostas del desierto en la carrera contra el Covid-19", en la medida en que la zona oriental de África se acerca ya a "la temportada de siembra más importante". "Tenemos que actuar ahora para prevenir lo peor", ha reclamado.

"Si no se detiene el brote de langostas, podríamos ver enjambres más grandes y más hambrientos cuando las cosechas estén comenzando a crecer, todo mientras la pandemia de Covid-19 está creando un terremoto económico que, sin duda, afectará principalmente a las familias más pobres", ha añadido Karongo.

Halima Abdisalad vive en la localidad somalí de Garowe y ya teme lo que puede ocurrir si llegan nuevas langostas, ya que los enjambres anteriores provocaron graves daños en sus plantaciones de guayaba. "Nadie compra frutas y verduras dañadas en el mercado", se lamenta en declaraciones al CICR.

Abdisalad pone voz a las víctimas de una especie que, según sus propias palabras, "no deja nada a su paso, se come todo". Un proverbio somalí recuerda que "cuando las langostas se van de una zona, dejan tras de sí los huevos", motivo de preocupación ahora para toda la población de la zona.