CORONAVIRUS
La escasez de agua dificulta lavarse las manos en Haití
Gertrude Joseph, madre de siete niños, recorre dos kilómetros a pie por un camino pedregoso para conseguir agua potable en una cisterna en La Piste uno de los campamentos de desplazados que fueron abiertos tras el devastador terremoto de Haití en 2010.
Para ella, como para las miles de personas que siguen viviendo en las casas precarias de este campamento, ahora considerado un barrio más de Puerto Príncipe, es imposible seguir la recomendación de las autoridades sanitarias de lavarse las manos con frecuencia, para prevenirse del COVID-19.
“No tenemos agua para lavarnos las manos en el campamento y tenemos que andar dos kilómetros para encontrar agua. No le importamos al Gobierno”, dice a Efe la mujer mientras regresa a casa, caminando a paso lento con un gran cubo de agua sobre la cabeza, bajo el ardiente sol de mediodía.
Mientras tanto, decenas de hombres, mujeres y niños van y vienen por las calles atestadas de basura del campamento, sin preocuparse por mantener las recomendaciones de distanciamiento social que emanan de las autoridades.
El campamento de La Piste, situado cerca de la pista de aterrizaje de la antigua base de la Fuerza Aérea en Puerto Príncipe, está en total abandono. Muchos siguen viviendo en el campamento diez años después, en condiciones muy precarias.