EE.UU.

Banco Mundial y FMI

Bancos destinarán 8,000 millones contra Covid-19

Tanto el FMI como el Banco Mundial dispondrán fondos de emergencia para contener el virus.

El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) dieron la bienvenida a la semana con una afirmación vaga: decían estar listos y “comprometidos” con la contención del coronavirus, según publicó ayer el diario español El País.

Menos de 24 horas después y tras el movimiento por sorpresa de la Reserva Federal, las palabras cristalizaron en hechos concretos y cuantificables: el organismo dirigido por David Malpass anunció un paquete de 12.000 millones de dólares (10.730 millones de euros) para reforzar los sistemas de salud de países en vías de desarrollo y frenar así una epidemia que ha disparado todas las alarmas, tanto en el plano sanitario como en el económico.

De esa cantidad, sin embargo, solo una parte (8.000 millones de dólares, 7.150 millones de euros) son fondos nuevos y, en su mayoría, consistirá en líneas de financiación con condiciones favorables y tipos de interés bajos para países de renta baja y media no concretados.

Es, como reconoce el propio Banco Mundial, una acción “por la vía rápida” ante la expansión de un virus que ha saltado de Oriente a Occidente, que golpea ya a más de 60 países y que amenaza con poner en jaque la capacidad de reacción de los sistemas de salud de los países más vulnerables.

En ellos, el ente con sede en Washington se centrará en “reforzar” la asistencia local y primaria, y la vigilancia ante el coronavirus. También se aplicará en la formación exprés del personal sanitario que esté en primera línea de batalla frente al Covid-19 y mejorará las comunicaciones y la “participación de la comunidad” para “mantener la confianza pública” en las instituciones y, sobre todo, mejorar el acceso al tratamiento de los pacientes más pobres. Más allá de lo económico, el Banco Mundial se compromete a proporcionar se experiencia global para ofrecer a los países consejos “a medida” tanto en el plano técnico como en la puesta en marcha de políticas. En definitiva, se trata de “ayudar a los Estados miembros para que puedan reducir los trágicos impactos que trae el coronavirus”.

“Estamos trabajando para ofrecer una respuesta rápida y flexible a las necesidades de los países en desarrollo”, apunta Malpass. “Esto incluye financiación de emergencia, asesoría en las políticas y asistencia técnica”, añade. La ayuda “priorizará” la atención a los países más pobres y a aquellos que están en una situación de alto riesgo con capacidades frágiles para afrontar la crisis. El Banco prevé, además, “adaptar su aproximación y los recursos” en función de cómo evolucionen los acontecimientos.