Madres de California, en primera línea de la batalla contra la indigencia

Dominique Walker, el 28 de enero de 2020 en Oakland, California. AFP / Philip Pacheco

Dominique Walker, el 28 de enero de 2020 en Oakland, California. AFP / Philip Pacheco

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AFP | Jocelyne ZABLITOakland, Estados Unidos

Cuando Dominique Walker volvió el año pasado a su California natal desde Misisipi tenía pensado cursar un grado de enfermería mientras cuidaba de sus dos niños pequeños.

Pero ella y otras madres junto a sus hijos acabaron ocupando ilegalmente una casa, en una protesta para denunciar los problemas que llevan a muchos ciudadanos a no poder costearse una vivienda. El regreso de esta mujer de 34 años a California simboliza una crisis que ha alcanzado grandes proporciones en uno de los estados más ricos de Estados Unidos.

Walker se convirtió en una de las últimas víctimas de la crisis de la vivienda cuando en abril pasado volvió a establecerse en Oakland, unos 20 km al este de San Francisco, escapando de la violencia doméstica.

Al principio se quedó en casa de familiares o en hoteles mientras buscaba una vivienda, pero rápidamente se dio cuenta de que no podía permitirse los altos alquileres del área de la Bahía de San Francisco.

"Hay programas de ayuda, pero ninguno funciona", asegura Walker, quien trabaja a tiempo completo en una organización que lucha por los derechos de los inquilinos. "Lo intenté en diferentes agencias y no obtuve ayuda".

"Para pagar una casa de dos habitaciones se necesita ganar 40,88 dólares por hora, y el salario mínimo es de 14,14 dólares la hora".

Sin lugar al que recurrir y consciente de que estaba al borde de quedarse en la calle, Walker y otras madres en la misma situación ocuparon una casa vacía en Oakland en noviembre, con la esperanza de concienciar sobre el problema de la vivienda. La apuesta les salió bien.

El grupo, conocido como Moms 4 Housing, fue desalojado el mes pasado, pero no antes de que su iniciativa atrajera la atención nacional. Sus casos provocaron que los funcionarios se comprometieran a hacer más para abordar un problema que se ha convertido en el más molesto y vergonzoso del estado demócrata.

Walker vivió en esa casa con Amir, su hijo de un año, y Aja, su hija de cinco. Durante los 58 días que compartieron con otras madres e hijos esta vivienda de la calle Magnolia, el pequeño Amir dio sus primeros pasos.

- Las cifras no paran de crecer -

El propietario de la casa, el grupo de inversión inmobiliaria Wedgewood, finalmente acordó vender la propiedad a una organización sin ánimo de lucro que adquiere terrenos y propiedades para viviendas asequibles.

"La atención que ha recibido nuestro movimiento es indescriptible", explica Misty Cross, de 39 años, una de las madres que ocuparon la casa y que ahora vive en un refugio mientras trabaja como cuidadora.

"No vimos a nadie luchando por las personas pequeñas, así que decidimos dar un paso al frente y arriesgar nuestras vidas para defender a aquellos de lo que no se habla".

Según cifras oficiales, 4.071 personas vivían en la calle, albergues o en sus coches en 2019 en Oakland, un 47% más que dos años antes.

Activistas estiman sin embargo que hay más de 6.000, ya que muchos de los 425.000 ciudadanos de la ciudad viven en el sofá de alguien o en un hotel, por lo que no están incluidos en las cifras oficiales.

"Las personas sin hogar en Oakland han aumentado en los últimos años a un ritmo que no se ha visto en ningún momento de nuestra historia", afirma la concejal Rebecca Kaplan, quien trabajó estrechamente con Moms 4 Housing.

- Nuevas caras de la indigencia -

Kaplan cree que las principales razones para que los residentes pierdan su casas son la ejecuciones hipotecarias, el aumento de los alquileres y los especuladores inmobiliarios, como Wedgewood. En los últimos meses, Wedgewood ha comprado 50 casas en Oakland, dijo un portavoz de la compañía a AFP.

Según Kaplan, el problema aumenta debido a la economía en auge en San Francisco y el Silicon Valley, el área metropolitana más cara del país, donde se crean miles de empleos y se construyen pocas viviendas asequibles para dar cabida a esa gente.

"Hemos alcanzado un punto de crisis en los últimos dos años", explica Carroll Fife, directora regional de la Alianza de Californianos para el Empoderamiento de la Comunidad, donde trabaja Walker.

Fife asegura que a menos que las autoridades municipales, estatales y federales tomen medidas de emergencia para combatir la crisis y abordar la vivienda como un derecho humano, se llevarán a cabo más acciones como la emprendida por Moms 4 Housing.

"Nuestra ciudad, nuestro estado, nuestro gobierno federal pueden hacer más para terminar con esto", dice, mientras hace un recorrido por los campamentos de indigentes junto a la AFP por toda la ciudad. "Si quisieran, podrían terminarlo hoy".

Walker encontró una vivienda en las cercanías de Berkeley, pero asegura que continuará trabajando por las personas sin hogar en tanto espera completar su título de enfermería.

"Somos las nuevas caras de la indigencia", afirma. "Simplemente soy un madre tratando de criar a sus hijos".

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