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Freedom House alerta sobre el aumento de la influencia mediática de China en todo el mundo

Fuente: Europa press

La influencia mediática de China en países de su entorno y de otras regiones del mundo se ha multiplicado en los últimos años, especialmente desde 2017, gracias a una estrategia más "compleja" y "agresiva" que incluye campañas de desinformación, según ha alertado Freedom House en su informe Beijing's Global Megaphone.

La ONG ha indicado que en la última década el gigante asiático ha experimentado una "dramática expansión" en su capacidad para "moldear los contenidos y las narrativas sobre China en todo el mundo, afectando a cada región y a múltiples lenguas".

"El contenido de los medios de comunicación estatales de China llegan a cientos de millones de televidentes, radioyentes y usuarios de redes sociales en el extranjero, en muchos casos sin transparencia sobre sus orígenes", ha dicho Sarah Cook, autora del Beijing's Global Megaphone.

Al mismo tiempo, ha señalado Cook, "los periodistas, nuevos consumidores y anunciantes en países que van desde Suecia a Rusia, pasando por Sudáfrica, Australia o Estados Unidos se enfrentan a la intimidación o censura de los contenidos políticos que China considera indeseables".

Con todo ello, "la influencia mediática de Pekín no solo distorsiona el ambiente informativo de los lugares afectados, sino que también socava las normas internacionales y los rasgos fundamentales de la gobernanza democrática, incluyendo la transparencia, la competitividad y el Estado de Derecho", ha denunciado.

Freedom House ha explicado que aunque China siempre ha perseguido tener influencia en la prensa internacional en sus informaciones sobre el país, algunas veces mediante "la obstrucción del trabajo de los corresponsales" en Pekín, "la tendencia se ha acelerado desde 2017".

Desde entonces, usa "tácticas nuevas" ejercidas tanto por la diplomacia china como por la prensa estatal y el Partido Comunista de China (PCCh) y sus "proxies" con un "alcance, agresividad y complejidad" no vistos hasta ahora.

"La combinación de formas de diplomacia pública ampliamente aceptadas con otras más encubiertas, corruptas y coercitivas socavan las normas democráticas, reducen la soberanía nacional y debilitan la sostenibilidad financiera de la prensa independiente", ha denunciado.

Entre las prácticas más comunes de China, Freedom House destaca "campañas de desinformación al estilo ruso", "manipulación de los resultados de búsquedas de plataformas 'online'", el control sobre "partes cruciales de la infraestructura mediática de algunos países" y la creciente presencia de la tecnología china.

A ello se suma el hecho de que China posee varias plataformas de redes sociales y proveedores de contenidos de televisión digital en múltiples regiones se han embarcado en la utilización de "contenido manipulado a favor de las narrativas de Pekín".

Además, "los agentes chinos están haciendo esfuerzos más explícitos para presentar a China como modelo para otros países y están dando pasos concretos para animar a la emulación mediante entrenamientos para personal extranjero y transferencia tecnológica a medios oficiales extranjeros".

Así las cosas, "la prensa estatal y los agentes del Gobierno de China, así como las compañías afiliadas, están logrando una creciente influencia en puntos clave en el flujo de información global", ha indicado Cook.

"Gobiernos, periodistas, empresas tecnológicas y activistas están respondiendo con iniciativas para contrarrestar estos esfuerzos y proteger el libre flujo de información y han conseguido algunas victorias", ha valorado.

No obstante, ha recalcado que "el hecho de que un Estado autoritario y económicamente poderoso está expandiendo rápidamente su influencia sobre la producción mediática y los canales de difusión en todo el mundo", lo cual "tiene graves implicaciones para la supervivencia de las sociedades abiertas y democráticas".