RELIGIÓN

Después de una conspiración mortal, una iglesia aprende a responder a los ataques

La reverenda Michelle Rizer-Pool, una mayor retirada del ejército, quien lidera la Iglesia episcopal metodista africana de Betel, en Gainesville, Georgia, 5 de enero de 2020. (Audra Melton/The New York Times)

La reverenda Michelle Rizer-Pool, una mayor retirada del ejército, quien lidera la Iglesia episcopal metodista africana de Betel, en Gainesville, Georgia, 5 de enero de 2020. (Audra Melton/The New York Times)

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The New York TimesGeorgia, Estados Unidos

La diminuta iglesia blanca tiene cerraduras, mirillas y chapas de latón nuevas. Mientras rezan sus parroquianos, el santuario está cerrado con llave y afuera hay un policía apostado. Pronto, le instalarán las cámaras de seguridad, y la congregación de 47 miembros participará en un entrenamiento para enfrentar a los tiradores activos.

Este es el siguiente capítulo para la Iglesia episcopal metodista africana de Betel, la cual iba a ser el blanco de un ataque a mediados de noviembre, según las autoridades. La policía de Gainesville acusó a una chica blanca de 16 años de haber planeado un ataque por motivos racistas para matar con un cuchillo a devotos negros, una conspiración con un parecido escalofriante a la masacre de 2015 en una famosa iglesia afroestadounidense en Charleston, Carolina del Sur.

En Gainesville, una pequeña ciudad de unos 40.000 habitantes ubicada en el corazón de la industria avícola de Georgia, el jefe de la policía ha instado a los miembros de la iglesia a que empleen medidas sencillas para protegerse. Si están bajo ataque y no pueden escapar de una manera segura, deben arrojar Biblias o café caliente, sillas o extintores, incluso cualquier cosa que pueda usarse como arma, según mencionó.

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