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ORIENTE MEDIO

¿Qué sigue tras ataque de EEUU que mató general iraní?

La ejecución del principal general de Irán por parte de Estados Unidos ha sacudido al Oriente Medio, donde Teherán y sus aliados han jurado venganza en medio de temores de que se desate una guerra.

Pero aunque los iraníes tienen vastos arsenales y están a una corta distancia de los soldados estadounidenses desplegados en Siria, Irak y el Golfo Pérsico, podrían preferir ser cautelosos antes de atreverse a lanzar un ataque en represalia que pudiera desatar un conflicto mucho más grande.

El ataque el viernes podría permitirles hacer una pausa, al mostrarles que el presidente estadounidense Donald Trump está dispuesto a ejercer el poderío militar de su país de una manera drástica e imprevisible.

El general fallecido, Qassem Soleimani, era una figura destacada que movilizó a milicias en toda la región contra Estados Unidos y sus aliados, extendiendo la influencia de Irán en el Mediterráneo.

Su muerte fue un duro golpe para Irán y provocó que desde el líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, hasta funcionarios de menor rango prometieran represalias.

“Tengan por seguro que habrá una reacción por parte de Irán y el eje de la resistencia, pero la cuestión es dónde, cuándo y cómo será”, comentó Ibrahim Bayram, analista del diario del Líbano An-Nahar. “Creo que los iraníes son precisos y saben cómo dirigir el golpe”.

Este es un vistazo a lo que podría ocurrir tras el ataque:

ESTADOS UNIDOS FUERA DE IRAK

Las repercusiones inmediatas probablemente se desarrollen en el tercer país involucrado, Irak, donde el ataque, que también provocó la muerte de un comandante iraquí, fue visto como un atentado a la soberanía del país.

El Parlamento iraquí se reunirá el domingo para una sesión de emergencia. Por su parte, las poderosas milicias del país respaldadas por Irán asistirán el sábado a un funeral en Bagdad al que se espera que asistan miles de personas.

Es probable que el ataque fortalezca a las fuerzas y facciones políticas apoyadas por Irán frente a los manifestantes que se oponen a la influencia de Teherán. Los aliados de Irán ahora pueden presentarse como defensores de la soberanía nacional contra la agresión extranjera.

El gobierno de Irak, que ha mantenido una incómoda alianza tanto con Washington como con Teherán, se verá presionado ahora para expulsar a los 5.200 soldados estadounidenses que llegaron al país para ayudar a evitar el resurgimiento del grupo Estado Islámico.

Restringir las acciones de los soldados estadounidenses en territorio iraquí o expulsarlos podría ser la opción y secuela inmediata, según Renad Mansour, investigador del centro de estudios de asuntos internacionales Chatham House, con sede en Londres.

“Me parece muy difícil para un funcionario iraquí justificar la permanencia de las fuerzas estadounidenses tras lo ocurrido”, afirmó Mansour. Si Estados Unidos se va, agregó, otras misiones diplomáticas podrían hacer lo mismo.

Si esto ocurre, Irak quedaría aún más dentro de la esfera de influencia de Irán, junto con Siria y Líbano, y se concretaría un objetivo pretendido por Soleimani desde la invasión de 2003 encabezada por Estados Unidos.

Sin embargo, podría ser insuficiente.

PUNTOS DE PRESIÓN EN LA REGIÓN

En la última década, Soleimani había movilizado a decenas de miles de combatientes en Siria e Irak, que han luchado junto al presidente Bashar Assad en la guerra civil de Siria y peleado contra el grupo Estado Islámico en ambos países.

Estados Unidos tiene relativamente pocos soldados en los dos países y podrían ser blanco de ataques en represalia. La escalada más reciente comenzó la semana pasada, cuando un ataque con proyectiles atribuido a una milicia iraquí apoyada por Irán provocó la muerte de un contratista estadounidense.

Estados Unidos respondió con una serie de ataques aéreos en los que murieron 25 milicianos en Irak y Siria, tras lo cual los milicianos organizaron dos días de protestas violentas en la embajada de Estados Unidos en Bagdad. Nadie resultó herido en las protestas, pero los manifestantes allanaron el complejo de la representación diplomática.

Irán también podría buscar su venganza a través de aliados más lejanos, en Líbano, Yemen o la Franja de Gaza.

El grupo paramilitar Hezbollah, el cual es apoyado por Irán, domina Líbano y tiene un arsenal de decenas de miles de cohetes que pueden alcanzar cualquier parte de Israel. Pero es improbable que se arriesgue a una guerra total que podría acarrear la devastación de Líbano, que atraviesa una severa crisis económica y sus propias movilizaciones antigubernamentales.

CIBERATAQUES Y OTRAS POSIBLES TÁCTICAS DE REPRESALIA

Los expertos en seguridad indicaron que es probable que parte de las represalias de Irán sea a través de ciberataques. Y aunque advierten que la red eléctrica de Estados Unidos es bastante resistente, hay muchos ámbitos más en los que se pueden causar trastornos graves.

Otros posibles objetivos incluyen el sector financiero, la manufactura, las plantas de petróleo y gas, y los sistemas de tránsito.

Previo al pacto nuclear de 2015, hackers iraníes realizaron una serie de ataques que provocaron la interrupción de los sitios web de varios bancos estadounidenses.

“Nuestra preocupación es básicamente que las cosas vuelvan al estado en el que estaban antes del acuerdo”, señaló John Hultquist, director de análisis de inteligencia en la firma de seguridad cibernética FireEye. “Hay oportunidades para que nos causen trastornos de verdad”.

Irán también ha estado efectuando en los últimos años penetraciones en sistemas industriales estadounidenses —intentando conseguir acceso— pero ha restringido sus ataques destructivos a objetivos en el Oriente Medio, como la compañía petrolera saudí, según expertos.

ATAQUES EN EL GOLFO PÉRSICO

En lugar lanzar una acción militar mediante terceros, Irán podría responder atacando a aliados de Estados Unidos en el Golfo Pérsico y su infraestructura petrolera. Los estadounidenses responsabilizaron a Irán de un eficaz ataque ocurrido en septiembre en Arabia Saudí contra un complejo petrolero cuya producción se redujo a la mitad temporalmente.

Estados Unidos también culpó a Irán del sabotaje a barcos petroleros ocurrido el año pasado en el estrecho de Hormuz, por el que pasa el 20% del petróleo del mundo. Irán refutó esas acusaciones, aunque reconoció haber derribado en junio un dron espía estadounidense.

Irán también podría abandonar el acuerdo nuclear de 2015, que viene desmoronándose desde que Trump se retiró del convenio en mayo de 2018 y restituyó fuertes sanciones a Teherán.

Irán ha infringido abiertamente algunos de sus compromisos en respuesta a las sanciones y podría anunciar una nueva iniciativa importante relacionada con el enriquecimiento de uranio.

POSIBLE INACCIÓN

En medio de todas las terribles predicciones, también existe la posibilidad de que Irán no haga nada, al menos por ahora.

Israel, por su parte, no parece terriblemente preocupado. Las autoridades cerraron un centro de esquí cerca de las fronteras con Líbano y Siria, y el primer ministro Benjamin Netanyahu abrevió una visita a Grecia, pero no se han adoptado otras medidas de seguridad ni se ha mencionado convocar a reservas.

“Creo que los iraníes están conmocionados”, comentó Yoel Guzansky, experto sobre Irán en el Instituto de Estudios para la Seguridad Nacional, un centro de investigación con sede en Tel Aviv.

Irán y sus aliados han perdido a otros comandantes importantes en los últimos años. Aunque siempre prometen venganza, generalmente señalan que ocurrirá en el momento y lugar de su elección, pero luego la crisis pasa.

Por ejemplo, Hezbollah juró venganza después de que uno de sus principales comandantes, Imad Mughniyeh, fue aniquilado en un ataque aéreo en Damasco del que el grupo responsabilizó a Israel. Esto ocurrió en 2008, y aunque el grupo paramilitar ha intercambiado fuego con Israel desde entonces, no ha realizado acción alguna de gran escala.

No obstante, es necesario señalar que no hay un verdadero precedente sobre el asesinato de una figura como Soleimani.

Joost Hiltermann, director del programa para el Oriente Medio en el Crisis Group, un centro internacional de estudios, dijo que “podríamos ver una guerra”.

“Ellos mismos se han arrinconado. Tendrán que responder”, apuntó.

Los periodistas de The Associated Press Josef Federman en Jerusalén; Fadi Tawil y A.J. Naddaff en Beirut, y Samya Kullab en Nueva York, contribuyeron a este despacho.

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