GORDON SONDLAND
Congreso de EEUU interroga a embajador cercano a Trump, en el centro del escándalo ucraniano
El embajador Gordon Sondland, quien tenía acceso directo al presidente Donald Trump y se ha revelado como pieza clave del escándalo ucraniano por el que el mandatario estadounidense es investigado con miras a un juicio político, comparecerá este miércoles ante el Congreso.
El martes, las audiencias públicas conducidas por los demócratas permitieron a los estadounidenses escuchar al teniente coronel Alexander Vindman, consejero de la Casa Blanca, contar cómo se alarmó por la llamada "inapropiada" del 25 de julio pasado, en la que Trump pidió a su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski, investigar a su adversario político Joe Biden, quien está bien posicionado para enfrentarlo en las urnas en 2020.
Este miércoles, los demócratas esperan que el embajador de Estados Unidos ante la Unión Europea confirme que el mandatario republicano efectivamente condicionó la entrega de una ayuda militar congelada por Washington al lanzamiento de tal investigación por parte de Kiev, lo que según ellos constituye un "abuso de poder" pasible de destitución.
La audiencia televisada de Sondland es clave por varios motivos.
En primer lugar, este hombre de negocios nombrado embajador tras haber financiado los festejos por la asunción de Trump es un testigo directo, que abordaba con frecuencia junto al presidente estadounidense asuntos sobre su política con Ucrania. Uno de los argumentos de la defensa de los republicanos es la existencia de una serie de testimonios de segunda mano en el marco de la investigación.
También porque Sondland ha acusado hasta ahora algunos problemas de memoria.
En su primera deposición, a mediados de octubre a puertas cerradas, el embajador aseguró bajo juramento "no haber participado" en acciones que buscaran "congelar la ayuda con el fin de presionar" a Kiev, estimando además que tal actitud sería "inapropiada" si tenía como fin "influenciar una elección estadounidense".
En esa misma audiencia, también recurrió decenas de veces a la fórmula "no me acuerdo" para responder las preguntas de los legisladores.
"¿Va a lanzar la investigación?"
Desde entonces, otros testigos le han dado a Sondland un papel central en la trama. Reportaron que fue él quien, el 10 de julio, condicionó ante responsables ucranianos una futura invitación a Zelenski a la Casa Blanca al lanzamiento de investigaciones sobre el exvicepresidente Biden y su hijo Hunter, entonces miembro de la directiva del grupo gasífero ucraniano Burisma.
También contaron cómo luego Sondland, el 1 de septiembre, explicó claramente los términos del acuerdo a Andreï Yermak, consejero próximo del presidente ucraniano: cero ayuda de seguridad sin las investigaciones a Burisma.
Esos testimonios refrescaron la memoria de Sondland, quien envió entonces un escrito para complementar su deposición inicial. "Recuerdo ahora haber hablado, aparte, con Yermak para decirle que la reanudación de la ayuda estadounidense no llegaría sin duda hasta que Ucrania hiciera una declaración pública contra la corrupción de la que habíamos hablado por varias semanas", precisó.
Pero Sondland no dijo claramente a los legisladores que la orden venía de Trump. Otros testigo incluso aseguraron que él mismo les dijo que tal era el caso y los demócratas intentarán confirmar esto en directo.
Igualmente le interrogarán sobre otro episodio que pasó bajo la mesa.
Según David Holmes, un empleado de la embajada estadounidense en Kiev, Sondland habló por teléfono con Trump desde un restaurante de la capital ucraniana el 26 de julio, el día siguiente de la polémica llamada con Zelenski. "Yo entiendo que el presidente Trump preguntó: 'Entonces, ¿va a lanzar la investigación?', a lo que el embajador Sondland respondió: 'Lo va a hacer', agregando que el presidente Zelenski haría 'todo lo que tú pidas'", contó.
Al terminar la llamada, prosiguió Holmes, Sondland le explicó que a Trump le interesaban solo "cosas importantes que le beneficien como presidente", como "la investigación Biden".
Aunque el embajador se ha cuidado de precisar que el presidente siempre le dijo que no había ningún fin electoral, el campo republicano ya comenzó a minimizar la importancia de la relación entre los dos hombres.
El propio Trump ha asegurado que su llamada con el mandatario ucraniano fue "perfecta" y la Casa Blanca denunció un intento de "golpe de Estado" por parte de los demócratas. Si bien estos últimos, que tienen el control de la Cámara de Representantes, serían los encargados de acusar al presidente en el marco del impeachment, la última palabra vendría del Senado -de mayoría republicana-, por lo que de momento una destitución resulta bastante improbable.