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Inusual despliegue de soldados chinos para limpiar las calles de Hong Kong

Policías en la Universidad China de Hong Kong (CUHK) el 16 de noviembre de 2019, un día después de que los manifestantes en favor de la democracia abandonaron el campus. Ye Aung Thu/AFP.

Catherine Lai/Yan Zhao/Su Xinq/AFPHong Kong, China

Tras una semana de caos y violencia, en la que los manifestantes prodemocracia paralizaron la actividad en Hong Kong, soldados chinos salieron brevemente este sábado de sus cuarteles en este territorio para ayudar a limpiar escombros y barricadas dejadas por las protestas.

"Soldados del Ejército Popular de Liberación (EPL) en Hong Kong ayudaron a los residentes a despejar las carreteras y fueron aplaudidos por los vecinos", indicó el ejército chino en la red social Weibo.

Las salidas del ejército chino en esta excolonia británica son excepcionales y los militares se mantienen en un discreto segundo plano.

Un portavoz del gobierno de Hong Kong precisó que no se había solicitado la ayuda de las tropas chinas en la zona de Kowloon Tong de Hong Kong y que su salida "fue iniciativa suya".

La televisión de Hong Kong mostró a unos 100 hombres vestidos con pantalones cortos y camisetas recogiendo ladrillos, escombros y reparando barreras, antes de regresar al cuartel. El despliegue duró menos de una hora.

Un grupo de personas salió a las calles para aplaudirlos.

"Los hongkoneses saludan la iniciativa de los soldados (...) que recogieron el sábado el desastre dejado por los amotinados", publicó en Twitter el diario Global Times, considerado cercano al poder central en Pekín.

Contra la injerencia

Desde junio, Hong Kong vive un movimiento sin precedentes contra la injerencia de Pekín en este territorio semiautónomo de 7,5 millones de habitantes, que sufre su mayor crisis política desde que en 1997 volviera a la soberanía china.

La crisis había entrado esta semana en una nueva fase, más radical, con la adopción por los manifestantes de la estrategia de la "eclosión general", que consiste en multiplicar los bloqueos y los actos de vandalismo.

Estas acciones provocaron el caos en Hong Kong, paralizando casi completamente el metro y provocando el cierre de colegios y centros comerciales.

Las protestas de los últimos cinco días también paralizaron a las principales universidades del territorio, cuyos campus fueron ocupados por estudiantes y manifestantes enmascarados. Algunos de ellos se enfrentaron a la policía lanzado cócteles molotov, y utilizando arcos y flechas.

Este sábado, centenares de hongkoneses opuestos a estas acciones radicales se congregaron cerca de la Universidad de Hong Kong para desmontar las barricadas.

"Con todas esta calles repletas de escombros, queremos hacer nuestra parte del trabajo de limpieza, ya que la situación no es tan tensa hoy", declaró a la AFP un estudiante de unos 20 años, que requirió el anonimato.

El tráfico rodado también se ha restablecido este sábado en la ciudad, aunque algunas calles y carreteras siguen cortadas.

Rompecabezas

La situación contrasta con el rompecabezas que tuvieron que afrontar esta semana los hongkoneses para ir a sus trabajos, ya que los transportes públicos son esenciales para los desplazamientos en este territorio.

Hartos de los excesos de los manifestantes, 500 personas se manifestaron este sábado para apoyar a la policía, acusada por los manifestantes de violenta represión.

Los manifestantes se reunieron frente a las oficinas del gobierno con banderas de China y Hong Kong y tomándose fotos con los policías, a los que pidieron que "apliquen la ley con firmeza.

La semana estuvo marcada por la brutal muerte de un hombre de 70 años, que recibió un ladrillo en la cabeza cuando intentaba desmontar unas barricadas de los manifestantes, indicó la policía.

Los principales líderes del movimiento prodemocracia han rechazado hasta ahora condenar de forma abierta la violencia cometidas por sus militantes.

La movilización prodemocracia empezó en junio con el rechazo a un proyecto de ley que iba a autorizar las extradiciones a la China continental, donde la justicia está bajo la influencia del Partido Comunista.

El texto fue retirado en septiembre, pero los manifestantes ampliaron sus reivindicaciones, que incluyen el sufragio universal para elegir al jefe del ejecutivo de Hong Kong.