DEBATE
Crisis en Cataluña genera choques entre candidatos a legislativas en España
Bajo presión de la derecha, el presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, endureció la noche del lunes su discurso frente a la crisis en Cataluña, tema que generó choques en el debate entre los candidatos a las legislativas del domingo.
Sánchez propuso reformar el código penal para "prohibir la realización de referéndums (de autodeterminación) ilegales en Cataluña", como el realizado en octubre de 2017, y modificar la ley para poner fin al "uso sectario" de la televisión pública catalana por parte del gobierno regional separatista.
Buscando tomar la iniciativa en un tema que puede favorecer a la derecha, el socialista acusó al Partido Popular (PP, derecha), en el poder en 2017, de haber permitido que el ex presidente catalán Carles Puigdemont huyera a Bélgica para evadir la justicia española.
La crisis abierta en Cataluña, donde la condena a mediados de octubre a duras penas de cárcel a dirigentes independentistas por su papel en la tentativa de secesión de 2017 derivó en disturbios en Barcelona y otras ciudades, fue uno de los temas centrales del único debate antes de las elecciones.
- Medidas extraordinarias -
En el debate, que también tocó temas económicos, sociales e internacionales pero que volvió al tema catalán en repetidas oportunidades, Sánchez volvió a estar bajo la presión de la derecha y de la extrema derecha, que piden medidas extraordinarias en la rica región española de 7,5 millones de habitantes, a las que se resiste Sánchez.
Mientras el líder del PP, Pablo Casado, exigió aplicar una ley para que el Estado asuma las competencias en seguridad en Cataluña, el jefe de Ciudadanos (centroderecha), Albert Rivera, pidió suspender la autonomía regional catalana y destituir a su presidente, el independentistas Quim Torra.
Más duro, el jefe del partido de extrema derecha Vox, Santiago Abascal, pidió que Torra "sea detenido, esposado y puesto a disposición judicial", denunciando un "golpe de Estado permanente" por parte de las autoridades catalanas.
De su lado, el líder de Podemos (izquierda radical), Pablo Iglesias, acusó a sus cuatro rivales de competir por tener "la medida más dura" en Cataluña, mientras encaró directamente a Pedro Sánchez: la crisis catalana parece "la excusa perfecta" para buscar un acuerdo con el PP tras las elecciones, para ser reconducido en el poder.
Sánchez, que según las encuestas ganará las elecciones pero lejos de una mayoría en el Parlamento, aprovechó el debate para anunciar una vicepresidencia económica en momentos de desaceleración de España o promover la disolución de la Fundación Francisco Franco, luego de haber exhumado recientemente los restos del dictador (1939-1975) de su monumental mausoleo.
También dedicó ataques al PP y Ciudadanos por no desmarcarse de la ultraderecha de Vox, con cuyo apoyo gobiernan en regiones como Andalucía o Madrid.
"Ustedes dos representan una derecha cobarde contra una ultraderecha agresiva", lanzó Sánchez, mientras tanto Casado como Rivera le reprocharon una supuesta debilidad frente a los independentistas en Cataluña.
Durante el debate, el líder de Vox se mostró a favor de ilegalizar los partidos separatistas, "combatir la migración ilegal que llena de delincuencia nuestras calles" y repudió la ley contra la violencia de género, que a su juicio busca "que las mujeres se enfrenten a los hombres".
- Sin salida a la vista -
Pero el debate entre los cinco líderes no despejó la gran incógnita: si habrá un gobierno después de las elecciones del domingo.
Estos comicios serán los cuartos en igual número de años en una España que vive una gran fragmentación en su Parlamento desde el fin del bipartidismo de PP y PSOE en 2015.
Según los sondeos, los socialistas de Sánchez volverán a ser los más votados, pero se situarían por debajo de los 123 escaños que alcanzaron en los pasados comicios de abril, y aunque se aliaran con la izquierda radical, lejos de la mayoría absoluta de 176 escaños (sobre 350 diputados en el Parlamento).
Por el otro lado, PP, Ciudadanos y Vox tampoco conseguirían una mayoría absoluta para formar un gobierno alternativo, lo que augura una continuación de la inestabilidad política en la cuarta economía de la eurozona.