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HAMÁS

12 Años de la toma de poder de Hamás en Gaza, un hecho que cambió su destino

Hace doce años que el grupo islamista palestino Hamás tomó el poder de Gaza tras enfrentarse con las armas al partido nacionalista Al Fatah, un hecho que marcó el inicio del bloqueo israelí a la franja y la división política, con el Gobierno y la Presidencia relegados a controlar solo Cisjordania.

El suceso cambió el destino del enclave y el futuro político de la población palestina, "un desastre que se arrastra hasta hoy: muchos de los problemas actuales de los palestinos empezaron en aquel momento", lamenta Ziad Hamouri, abogado y director del Centro de Jerusalén para los derechos Legales, Sociales y Económicos.

Desde que el movimiento islamista se hizo con el control de Gaza, "la situación es mucho peor", comenta al referirse en concreto al bloqueo por tierra, mar y aire de Israel -que considera a Hamás un grupo terrorista, como la UE o EE.UU.-, y que ha debilitado enormemente la economía del enclave, la mitad de cuyos dos millones de habitantes vive ahora bajo el umbral de pobreza.

La división entre facciones palestinas y el gobierno de facto de Hamás en Gaza "perjudican también" al territorio ocupado de Cisjordania, donde "Israel que aumenta su presión y la construcción de colonias", considera el letrado, que ve la Autoridad Nacional Palestina (ANP) encabezada por el presidente Mahmud Abás como una entidad "debilitada y sin rumbo".

Egipto, Catar y otros mediadores han intentado poner fin a esta división. A finales de 2017, Hamás y Al Fatah firmaron unos acuerdos de reconciliación, pero el proceso de entendimiento se estancó y nunca se ha materializado.

El desencuentro "ha dañado el tejido social y político de Gaza y Cisjordania y ha creado dos entidades separadas, dos gobiernos y dos aparatos de seguridad distintos", señala el analista gazatí Husam al Doyani, que agrega, a ello se suma el bloqueo, que a su entender "paraliza cualquier posible solución política" que acabe con la división.

Para Hazem Qasem, portavoz de Hamás en Gaza, sus dos años de gobierno han supuesto "un gran peso" para el grupo islamista, "responsable de la vida de dos millones de personas", cuyas condiciones se han visto deterioradas por el bloqueo y la división.

"Hamás hizo muchas concesiones para acabar con la división, pero el problema son Abás y la ANP, que castigan a la población de Gaza", opina Qasem a Efe, y acusa al presidente palestino de tomar "decisiones unilaterales" sin tener en cuenta al resto de facciones.

En los últimos años, Abás también ha impuesto sanciones económicas a Gaza como medida para presionar al movimiento islamista a que devuelva el enclave.

Ambas partes aseguran tener voluntad de acabar con la división, pero jamás logran acordar unos términos aceptables, o cumplirlos.

Según Suhail al Hindi, miembro del politburó de Hamás, "el pueblo palestino debe estar unido en un solo cuerpo para sentarse en una mesa conjunta y poner fin al Acuerdo del Siglo", la propuesta de paz para el conflicto palestino-israelí que prepara un equipo del presidente estadounidense, Donald Trump, y que los palestinos rechazan.

El veterano dirigente de Hamás, Ismail Radwan, llamó ayer a celebrar nuevas elecciones generales para conseguir la unidad en el Consejo Nacional Palestino y "que toda la población esté representada".

La última vez que los palestinos celebraron comicios legislativos fue en 2006, cuando Hamás obtuvo más de dos tercios de los 132 escaños del Parlamento.

Desde entonces, la celebración de comicios ha sido inviable por la división y los desacuerdos entre los islamistas y Al Fatah, que impiden llevar a cabo una consulta en cuyos resultados confíen ambas partes.