Asia

GOLPE DE ESTADO

Junta militar derroca al presidente de Sudán Omar al Bashir

Los manifestantes sudaneses se manifiestan con banderas nacionales y corean consignas durante una manifestación contra el nuevo consejo militar gobernante establecido después del derrocamiento del presidente Omar al-Bashir, en la capital, Jartum.

Las fuerzas armadas sudanesas derrocaron el jueves al presidente Omar al Bashir y anunciaron un Consejo militar que permanecerá en el poder por dos años, una decisión rechazada por miles de manifestantes que permanecían en las calles, tras cuatro meses de protestas para lograr el fin del régimen.

"Anuncio, como ministro de Defensa, la caída del régimen y la detención de su jefe en un lugar seguro", afirmó en la televisión el ministro de Defensa, Awad Ibnouf.

Awad Ibnouf anunció la suspensión de la Constitución de 2005, el cierre de las fronteras y del espacio aéreo y el estado de emergencia en todo el país.

Omar al Bashir, de 75 años, que desde hace diez años se enfrenta a dos órdenes de arresto de la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes de guerra, contra la humanidad y genocidio en la provincia de Darfur, gobernó su país con mano de hierro durante tres décadas.

El ministro de Defensa sudanés añadió que el consejo militar declaró un cese al fuego nacional, que incluye la zona en guerra de Darfur, Estado de Nilo Azul y Estado de Korforán del Sur en donde el gobierno combate a minorías étnicas rebeldes.

Sudán, uno de los países más pobres del planeta y desgarrado por décadas de guerra civil, estará sometido a un toque de queda nocturno durante un mes, añadió el ministro.

En las calles de la capital, una multitud desafiaba esa orden, a pesar de que el ejército reiteró su advertencia al caer la noche.

"¡Cayó el régimen! ¡Cayó el régimen!", gritaron durante horas miles de manifestantes que desde el sábado acampan delante del cuartel general de las Fuerzas Armadas en Jartum.

"La sangre de nuestros hermanos no se derramó en vano" dijo a la AFP un manifestante, decidido a permanecer en las calles.

"El toque de queda comienza a las 22H00 (20H00 GMT) hasta las 04H00 y todo el mundo debe respetarlo por su propia seguridad", señaló un comunicado gubernamental.

"La gente no quiere un consejo militar de transición" declaró en un tuit Alaa Salah, la estudiante que se convirtió en el "icono" del movimiento. "Queremos un consejo civil para llevar adelante la transición", añadió.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, pidió que la transición en Sudán cumpla con las "aspiraciones democráticas" de su pueblo.

- '¡No nos vamos a ir!' - La movilización de miles de sudaneses se inició por la decisión del gobierno de triplicar el precio del pan el 19 de diciembre en medio de una crisis económica.

Un mínimo de 49 personas han muerto en esas manifestaciones desde diciembre.

La Alianza para la Libertad y el Cambio, que reagrupa a los diferentes grupos opositores a Bashir, denunció en un comunicado un "golpe conducido por el régimen" y pidió que continúen las manifestaciones.

"El régimen organizó un golpe militar presentando las mismas caras (...) contra las que nuestra gente se rebeló", indicó el texto.

Poco antes del anuncio de destitución de Bashir, el poderoso servicio de inteligencia, brazo de la represión de las manifestaciones que sacuden al país desde diciembre, anunció la liberación de todos los prisioneros políticos del país.

- Asaltos de edificios oficiales - En Jartum, los organizadores de la protesta pidieron a la población que preservaran los bienes públicos y privados y que no atacaran a los militares.

Pero en el este del país los manifestantes ingresaron en un edificio de los servicios de inteligencia en Kasala, según testigos, luego de que los oficiales presentes rechazaran liberar a los detenidos.

En las ciudades de Madani, Gadaref, Puerto Sudán, Al Obeid y Kasala también había importantes concentraciones de manifestantes.

Se produjo una intrusión similar en Puerto Sudán (este), indicaron testigos.

Desde el sábado los manifestantes resistieron en varias ocasiones a los intentos del poderoso servicio de inteligencia, NISS, de dispersarlos con gases lacrimógenos, en vano, según los organizadores de la protesta.

Estados Unidos y países europeos pidieron una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU.

Egipto, un vecino clave de Sudán, aseguró que daba "apoyo total a las decisiones del pueblo sudanés" y pidió a "la comunidad internacional que lo apoye en esta fase histórica crucial".

La Unión Africana, por su parte, reaccionó indicando que "el golpe militar no es la respuesta adecuada a los desafíos que enfrenta Sudán y a las aspiraciones de su pueblo".