África

Alegría en las calles por la dimisión de Buteflika y cautela ante el futuro

Abdelazis Bouteflika. AP

Bramar de claxones, vehículos decorados con banderas nacionales envueltos en música, y albórbolas (gritos de júbilo) inundaron ayer las calles de Argelia escasos minutos después de que se conociera la noticia de la renuncia del presidente Abdelaziz Buteflika.

En Argel, las plazas de la Grand Post y Audin, epicentro de las protestas que desde el 22 de febrero exigían la caída del mandatario, se convirtieron en un hervidero de vehículos y familias, felices por lo que consideraban una victoria y un día históricos, pero cautos ante el futuro.

Un anuncio, que como dijeron a Efe esperaban desde que en 2013 un agudo derrame cerebral dejara al mandatario, de 82 años, postrado en una silla de ruedas, incapaz de viajar y hablar a su pueblo, al que apenas se podía ver en público.

"Espero que signifique realmente un cambio, porque si su dimisión no supone un cambio a nivel del gobierno o si traen a otra persona que dirigirá el país de la misma manera significa que no avanzamos", explicó a Efe Louisa, madre de tres niños.

"Todos esperábamos que hubiera podido salir por la puerta grande anunciando su dimisión mucho antes. Personalmente le deseo buen restablecimiento y que descanse", agregó antes de insistir en que su esperanza ahora es que haya un cambio radical y real".

Más prudente se mostraba Taleb Zohir, funcionario en una empresa estatal, para quien la renuncia de Buteflika este martes no es más que un triunfo incompleto, pues en su opinión lo más importante es lo que va ocurrir en los próximos días.

"Es una victoria parcial. Todavía hay mucha gente que debe salir del poder. A Buteflika, si sigue con vida, le deseo una buena rehabilitación. No es culpa suya, sino de su entorno que le utilizó para sus fines personales", señalo Taleb.

"Buteflika es un político al que siempre hemos apreciado. Sacó a nuestro país de la crisis, pero esta mafia, que estaba incluso en el Ejército, son delincuentes que han estado dirigiendo este país", agregó.

A su lado, en una pancarta larga, se podía leer "el pueblo pide a la justicia juzgar a la banda de ladrones", mientras que varios repitieron la famosa expresión de "jeich chaab jawa jawa" (Ejército y pueblo hermanos).

El mandatario, en el poder desde 1999, renunció este martes a la presidencia tras seis semanas de protestas masivas en la calle y en medio de un pulso entre el jefe del Ejército, general Ahmed Gaïd Salah, y el círculo que poder que protegía y manejaba al enfermo mandatario.

En caso de que el Consejo Constitucional, como se espera, acepte la renuncia, se abrirá en Argelia un periodo de transición complejo e inédito tutelado por el presidente del Senado, Abdelkader Bensalah, y gestionado por el exministro de Interior Nouredin Bedaui, confirmado el martes como primer ministro.

La dimisión del mandatario ha sorprendido solo por su inmediatez, apenas 24 horas después de la publicación de un comunicado de la presidencia en el que se anunciaba que Buteflika, de 82 años y enfermo de gravedad desde 2013, renunciaría antes del 28 de abril, fecha en la que expiraba su mandato.

Antes el presidente debe aplicar "medidas destinadas a garantizar la continuidad del funcionamiento de las instituciones estatales durante el período de transición que se abrirá en la fecha en que decida renunciar", argumentaba el martes la nota.

Unas "medidas" que al parecer se han acelerado una vez que este miércoles decenas de estudiantes volvieron a salir a la calles para exigir la caída del presidente y de su "círculo mafioso", y los líderes sociales advirtieran de que las movilizaciones continuarían el próximo viernes.

La clave de la renuncia es el general Gaïd Salah, que en los últimos días ha presionado instando a la aplicación del artículo 102 de la Constitución, que permite la inhabilitación del mandatario por razones de salud, y denunciando una conspiración de lo que denominó "fuerzas extraconstitucionales", que no identificó.

Horas después de la renuncia, la televisión estatal argelina mostró unas imágenes en las que Buteflika, visiblemente debilitado y vestido informalmente con una túnica blanca (kamis), entregaba su renuncia al presidente del Consejo Constitucional, Tayeb Belaiz.

Las imágenes son las primeras del mandatario desde que el pasado 11 de marzo regresara al país tras quince días ingresado en un hospital de Suiza y presentara su renuncia a la reelección para un quinto mandato.

Durante este tiempo, millones de argelinos se han manifestado cada viernes para pedir su renuncia.

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