Maduro vence rebelión militar horas antes de que la oposición tome las calles

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, venció ayer una sublevación militar que llamaba a desconocerlo, y que concluyó sin muertos ni heridos, horas antes de que la oposición tome de nuevo las calles para rechazar al mandatario y denunciar la presunta "usurpación" de la Presidencia.

Un grupo de funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB, policía militarizada) robaron armas de guerra, secuestraron a otros 4 efectivos y luego se dirigieron a un comando en la barriada caraqueña de Cotiza, donde encontraron resistencia por parte de otros agentes, según un comunicado de prensa de la Fuerza Armada.

El grupo insurrecto fue "rendido y capturado" y fue interrogado de inmediato por las autoridades, en tanto que los cuarteles y sedes castrenses, según el comunicado oficial, "se encuentran funcionando bajo completa y absoluta normalidad".

"La FANB rechaza categóricamente este tipo de actos, que con toda seguridad están motivados por oscuros intereses de la extrema derecha y son contrarios a las normas elementales de la disciplina militar", agrega la nota firmada y difundida en Twitter por el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López.

La sublevación se dio a conocer primero a través de las redes sociales, donde circularon varios videos que mostraban al grupo de militares que llamó a los ciudadanos a manifestarse en contra del jefe del Estado.

Según constató Efe, los vecinos del distrito golpearon cacerolas desde el interior de sus casas, en una forma de protesta popular en Venezuela para hacer reclamos al Gobierno, y recibieron por respuesta gases lacrimógenos lanzados por efectivos de varios cuerpos que atendían la contingencia.

Algunos vecinos armaron una barricada y decidieron cubrirse sus rostros con capuchas o lanzar piedras a las fuerzas del orden, al tiempo que respaldaban las acciones de los rebeldes.

Los manifestantes aseguraron a Efe que desde la madrugada escucharon un "tiroteo" en la zona que estuvo seguido por la llegada de decenas de agentes que acordonaron los accesos hacia el comando donde los insurrectos fueron rendidos.

Antes de ser apresados, los militares llamaron a los venezolanos a las calles y pidieron respaldo a la insurrección, pero recibieron una tímida respuesta y su acción no se replicó en otros cuarteles del país.

Según dijo esta misma jornada el jefe de la oficialista Asamblea Nacional Constituyente (ANC), Diosdado Cabello, el propio Maduro dirigió las operaciones para rendir a los rebeldes, después de que los sublevados dieran su palabra de no atacar a quienes intentaban reducirlos y ambos grupos se sentaron "a hablar".

Tras ser reducido el grupo, las autoridades se incautaron de las armas que habían sido robadas así como de los teléfonos móviles de los rebeldes, donde hay registros de las llamadas hechas antes y durante el alzamiento, relató Cabello.

Dijo también que el grupo se alzó porque "seguramente les deben haber ofrecido cualquier cantidad de cosas" para que no reconocieran el mandato de Maduro.

Pese a que los primeros reportes informaban de al menos 40 sublevados, Cabello señaló que esta jornada fueron detenidos 27 rebeldes, la mayoría de ellos en el barrio pobre de Cotiza.

"Fueron detenidos en el sitio 25 (alzados), más dos que fueron detenidos en otro lugar", indicó Cabello en una rueda de prensa en la que actuó como portavoz del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

Este hecho sucedió después de que el Parlamento, que controla el antichavismo, aprobara un decreto de ley que promete amnistía para todos los funcionarios civiles y militares que no reconozcan a Maduro y contribuyan a restablecer el hilo democrático, que aseguran está roto.

En este sentido, Cabello señaló que la Cámara no tiene competencias para aprobar una ley que perdone crímenes que no se han cometido, al tiempo que recordó que las decisiones del cuerpo no son atendidas por el poder Ejecutivo, puesto que el Supremo lo declaró en "desacato" en 2016.

Además, el acto de rebeldía militar se presenta solo horas antes de que la oposición rechace en las calles el nuevo mandato que Maduro juró ante el Supremo el pasado día 10, y cuya legitimidad desconoce.

Hoy los opositores, que fueron cautos al pronunciarse sobre el alzamiento, reiteraron el llamado a marchar el venidero 23, día en que el chavismo también se manifestará.

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