Las Mundiales

UN PALESTINO

Dos años preso esperando ser deportado y un juez ordenó su libertad

Se pasó dos años en la cárcel mientras las autoridades tramitaban una orden de deportación, hasta que un juez federal dijo que llevaba demasiado tiempo preso sin que hubiese expectativas razonables de que fuese repatriado pronto y ordenó al servicio de inmigración que lo liberase.

Activistas dicen que el caso del palestino Hasan Salama Dibai Ghithan no es inusual, y es un ejemplo de las penurias que padecen muchos in migrantes porque no saben cómo manejarse en el sistema legal estadounidense.

“No veo el sol desde hace dos años”, declaró Ghithan a la Associated Press el viernes pasado, horas después de salir de la cárcel del condado de Pottawattamie. “Fue una pesadilla. Una pesadilla. Me alegro de que se haya terminado”.

Ghitan, quien tiene 33 años, trataba de renovar su tarjeta verde, como se le dice al permiso de residencia, que había expirado, en Omaha, Nebraska, en enero del 2017, cuando agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (conocido por sus siglas en inglés, ICE) se dieron cuenta de que había sido condenado por un tema de drogas un año antes y lo encerraron en una cárcel de Council Bluffs, Iowa.

Pasaron los meses y Ghithan pedía que lo liberasen o lo deportasen, enviándolo a una parte del mundo que no visitaba desde hacía 14 años. Su desesperación fue tal que incluso ofreció pagar por su pasaje.

La deportación, no obstante, se complicó porque Ghithan no puede ser enviado directamente a su tierra, ya que Estados Unidos no reconoce a Palestina como un estado soberano. Las autoridades dicen que primero debe conseguir un permiso de Israel, transportarlo a Jordania y conseguir autorización para cruzar el Puente Allenby de Jordania a la Margen Occidental, a pesar de que Jordania rescindió un acuerdo que permitía esos cruces en septiembre. Por ello el gobierno estadounidense no logró los permisos necesarios.

Judy Rabinovitz, subdirectora de Proyecto sobre los Derechos de los Inmigrantes de la Unión de Libertades Civiles, dijo que no sabe cuánta gente está presa por tiempo indefinido, pero cree que el caso de Ghitham no es inusual. Muchos inmigrantes, dijo Rabinovitz, quien no está involucrada en eses caso, no saben cómo manejarse con la justicia estadounidense.

“Algo no funciona en un sistema que permite que la gente sea almacenada por años y año y años a menos que puedan recurrir a los tribunales”, manifestó. Rabinovitz dice que trabajó con inmigrantes que pasaron mucho más tiempo que Ghithan en la cárcel antes de ser deportados.

Un informe del ICE señala que hubo un marcado aumento en la detención y deportación de inmigrantes que violaron las leyes de Estados Unidos. Más de 396.000 personas fueron encarceladas por el ICE en el año fiscal que terminó en septiembre, lo que representa un aumento del 22,5% respecto al año previo. Más de 250.000 inmigrantes fueron deportados, más de la mitad de ellos tras ser condenados por algún delito.

Ghithan nació en Ramala, en Cisjordania, y llegó a Estados Unidos en el 2005 con visa de estudiante. Se casó con una estadounidense y sacó la residencia, pero dejó que expirase en el 2012.

Cursó estudios universitarios en Texas, donde, según dice, se juntó con malas influencias. Fue condenado por una infracción relacionada con las apuestas en Waco en junio del 2013 y por posesión de artículos para el consumo de drogas en mayo del 2016. Quedó en libertad condicional, con un fallo en suspenso.

Por entonces se separó de su esposa y se radicó en Omaha, donde se fue a vivir con un tío y sus primos. Fue allí que trató de renovar su tarjeta verde a principios del 2017 y que el ICE descubrió que tenía antecedentes penales, disponiendo su arresto.

Se le dijo que vería a un juez en dos semanas y esperaba pagar una fianza y ser liberado. Pero pasaron dos meses antes de que pudiese presentarse ante un juez, el cual le negó la libertad bajo fianza debido a sus antecedentes.