Continúan las protestas en Sudán y la oposición pide la marcha del Gobierno

Las protestas por la escasez de pan y combustibles y el encarecimiento de otros bienes continuaron por cuarto día consecutivo en Sudán y la oposición se ha sumado a las demandas de los manifestantes, que piden la caída del Gobierno del presidente sudanés, Omar al Bashir.

Centenares de personas salieron de nuevo a las calles en el estado de Kordofán del Norte (oeste), en la capital regional, Al Obeid, y en la ciudad de Al Rahad, y en ambos casos la Policía volvió a reprimir las manifestaciones con gases lacrimógenos y porras.

En Al Rahad, la policía tuvo que hacer disparos al aire después de que los manifestantes quemaran la sede del aparato de Seguridad y del gobernante Partido del Congreso Nacional (PCN), y una treintena fueron detenidos, según relataron a Efe testigos.

Mientras, el principal partido de la oposición, el islamista moderado Al Umma, denunció hoy la represión y aseguró que 22 personas han muerto a manos de las fuerzas de seguridad.

El líder del partido y de la alianza opositora Fuerzas del llamamiento de Sudán, Sadeq al Mahdi, anunció en rueda de prensa las próximas acciones para presionar al Gobierno, que ha tildado las manifestaciones de "sabotaje".

Al Mahdi dijo que propondrá a las demás fuerzas opositoras presentar al Gobierno un memorando con un proyecto para un "nuevo régimen alternativo al actual", sin dar más detalles.

Asimismo, advirtió de que si el Gobierno no responde positivamente será convocada una huelga general y otras movilizaciones.

"El régimen gobernante tiene dos opciones: responder a las demandas del pueblo y aceptar un traspaso pacífico del poder, o rechazarlas y enfrentarse al pueblo, entonces será el perdedor", advirtió.

Al Mahdi regresó a Sudán esta misma semana después de diez meses en el exilio y se ha sumado al movimiento para denunciar la dramática situación económica, asegurando que "todas las soluciones proporcionadas por el Gobierno fracasaron".

Por su parte, la también coalición opositora Fuerzas de Consenso Nacional reveló que planea una "huelga política y desobediencia civil" para el próximo miércoles, con el apoyo de varias fuerzas políticas, entre ellas el Partido Comunista de Sudán, el partido Nasserista (panarabista) y el Partido Baaz (socialista).

Tras una reunión en la capital, Jartum, la alianza izquierdista aseguró en un comunicado que rechaza el diálogo con el Gobierno y llamó a derrocarlo "a través de un levantamiento popular", al mismo tiempo que consideró que la postura de las Fuerzas del Llamamiento de Sudán" es demasiado dialogante.

El jefe de la Inteligencia sudanesa, Salah Abdulá, dijo en una entrevista con medios locales que células del rebelde "Movimiento para Liberación de Sudán (MLS)", liderado por Abdel Wahid Nur, están detrás del incendio de instalaciones estatales.

En los pasados días, los manifestantes han atacado y quemado las sedes del partido oficial de Sudán, así como otros edificios gubernamentales, mostrando su rabia hacia el Gobierno y pidiendo "la caída del régimen".

Entre los lemas que corean los manifestantes también están las demandas de "paz, libertad y justicia" y "la revolución es la opción del pueblo", emulando los eslóganes de la denominada Primavera Árabe de 2011.

Precisamente, Sudán sufre una crisis económica desde ese año, cuando Sudán del Sur de independizó y el país perdió de esa forma la mayor parte de sus reservas de petróleo, que constituían la principal fuente de ingresos del Estado y el 95 % de sus exportaciones, según el Banco Mundial.

El país tiene una gran deuda exterior, que en 2015 se situaba en 50.000 millones de dólares, equivalentes a más del 60 % del PIB, según el organismo internacional.

Por su parte, el Fondo Monetario Internacional (FMI) previó un crecimiento negativo del 2,3 % para Sudán en 2018 y una inflación de casi el 62 %, pero esta alcanzó casi el 69 % el pasado mes de noviembre.

Además, la moneda local fue devaluada el pasado octubre y cotiza actualmente a 47,5 libras sudanesas frente al dólar, y llega a las 60 libras en el mercado negro, lo cual ha hecho que los ciudadanos vean su poder adquisitivo disminuido considerablemente.