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EEUU

Papa acepta renuncia de obispo acusado de conducta indebida con un menor

El papa Francisco aceptó este miércoles la renuncia del obispo auxiliar de Los Ángeles, Alexander Salazar, sospechoso de "conducta indebida con un menor", según comunicados publicados por el Vaticano.

Un comité que investigó esta acusación en California consideró que era "creíble", señala un comunicado de la arquidiócesis de Los Ángeles divulgado por el Vaticano.

En 2005, un año después de su ordenación como obispo, la arquidiócesis californiana tuvo conocimiento de una denuncia contra el prelado por presunta conducta inapropiada con un menor en los años 1990, cuando era un simple sacerdote.

Una investigación de la justicia civil en 2002 se cerró sin cargos, pero el arzobispo de Los Ángeles decidió sin embargo trasladar el caso a Roma.

La Congregación para la Doctrina de la Fe, encargada de examinar este tipo de casos en el Vaticano, impuso "medidas cautelares" a Salazar, quien siempre ha negado la acusación.

El arzobispo de Los Ángeles, José Gomez, explica en su comunicado que entonces fue autorizado a presentar el caso a una comisión de investigación independiente creada por la arquidiócesis, que concluyó que la acusación era "creíble".

"Estas decisiones se han tomado debido a la profunda preocupación por la sanación y la reconciliación de las víctimas de abuso y por el bien de la misión de la Iglesia", escribió Gomez.

"Sigamos manteniéndonos cerca de las víctimas-sobrevivientes de abuso, a través de nuestra oración y nuestras acciones", agregó el arzobispo de Los Ángeles.

Alexander Salazar, de 69 años, nació en Costa Rica y emigró con su familia a Estados Unidos. Se ordenó cura en 1984 en la archidiócesos de Los Ángeles, antes de convertirse en obispo auxiliar en 2004.

Tras una serie de serie de escándalos en varias diócesis de Estados Unidos, el punto culminante fue la publicación a mediados de agosto por parte de la oficina del Fiscal del estado de Pensilvania de un informe demoledor, en el que se detallan los abusos sexuales cometidos durante varias décadas por más de 300 sacerdotes, cuyas víctimas fueron más de 1.000 niños.

Este informe describe a una jerarquía que a menudo trabajó activamente para no divulgar los casos de agresiones sexuales y proteger a los autores de las mismas.

Desde entonces, varias diócesis han puesto en marcha comisiones de investigación sobre las acusaciones de agresión sexual contra sacerdotes, y algunas han publicado listas de religiosos declarados no aptos para ejercer sus funciones.

Confrontado a una crisis de credibilidad sin precedentes de la Iglesia católica, el papa Francisco convocó para finales de febrero una cumbre en el Vaticano sobre la "protección de los menores". Sus organizadores instaron el martes en una carta a los participantes a reunirse personalmente (antes del encuentro) con las víctimas de abusos sexuales cometidas por el clero.

Con esta gestión, los organizadores quieren que las víctimas estén en el centro del pensamiento de los aproximadamente 180 participantes, en particular todos los presidentes de las conferencias episcopales del planeta, pero también expertos. En la reunión esperada desde hacía tiempo se abordarán temas como la responsabilidad y la transparencia de la Iglesia católica.