Para medios gubernamentales rusos, Washington está detrás de "chalecos amarillos"

Varios medios gubernamentales rusos comparan desde el domingo las violentas manifestaciones de los "chalecos amarillos" en Francia con las "revoluciones de color" que sacudieron estos últimos años las ex repúblicas soviéticas, alegando que Estados Unidos está detrás de las protestas para castigar a Macron.

"El debilitamiento de Macron, y con un poco de suerte su dimisión, va en beneficio de Trump", afirmó este martes el diario oficial Rossiiskaia Gazeta en un artículo sobre las protestas que ocurrieron en París y en varias ciudades francesas.

"Basta recordar que el jefe de la V República reivindicó recientemente su posición de líder de la Unión Europea (UE), defendió la idea de un ejército europeo independiente de Estados Unidos y defendió activamente el acuerdo nuclear iraní", prosiguió el diario gubernamental ruso.

Para este medio, este movimiento de los "chalecos amarillos" es una réplica de las "revoluciones de color" que hicieron que Georgia y Ucrania salieran de la órbita rusa siendo apoyadas, según Moscú, por Estados Unidos y los países occidentales.

Según Rossiiskaia Gazeta, existen muchas similitudes entre ambos casos: "la creación artificial de un movimiento de protesta organizado en las redes sociales (...), escenas teatrales que tienen que probar a la sociedad la supuesta voluntad del pueblo".

Al final, advierte el diario, "una victoria de los 'chalecos amarillos' reforzaría de forma considerable la posición estadounidense en Europa, mostrando claramente a los dirigentes europeos que regatear con Trump, y más estar en conflicto con él, es arriesgado".

Dimitri Kisselev, presentador estrella de la cadena Rossiya-1, inició el debate el domingo cuando consideró que era imposible que un "aumento microscópico del precio de la gasolina" provocara "escenas de saqueo, la movilización de un ejército de policías, humo, disparos, sangre, humaredas de gas lacrimógeno".

El martes, el Kremlin se mostró sin embargo más moderado diciendo que "no veía" influencia de Estados Unidos en el movimiento de los "chalecos amarillos". "Es un caso exclusivamente interno a Francia. Para nosotros, es importante que los altercados no causen víctimas humanas ni heridos, especialmente ciudadanos rusos", comentó su portavoz, Dimitri Peskov.