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Keiko Fujimori pasa la primera noche en el calabozo en espera de ir a prisión

Keiko Fujimori, principal líder de la oposición en Perú, pasó en un calabozo junto a otras dos mujeres la primera noche de los 36 meses de prisión preventiva que le impuso este miércoles un juez por un presunto lavado de activos en su campaña para las elecciones presidenciales de 2011.

La abogada de Keiko Fujimori, Giuliana Loza, explicó hoy en declaraciones a América Televisión que su patrocinada estuvo en un ambiente del Palacio de Justicia con otras mujeres que estaban en su misma condición, a la espera de que el Instituto Nacional Penitenciario (Inpe) le asigne la cárcel donde será recluida.

Allí la letrada le llevó anoche un saco de dormir, además de agua y galletas, pues comentó que no había comido nada en todo el día, tras pasarse casi ocho horas escuchando la lectura de la resolución del juez y luego quedar detenida.

Loza explicó que la apelación que presentó contra la decisión del juez Richard Concepción Carhuancho, titular del Primer Juzgado Nacional de Investigación Preparatoria, puede estar resuelta en un plazo de dos o tres semanas.

La abogada lamentó que todavía está pendiente de resolución una recusación presentada por la Fiscalía contra una de las salas de apelaciones de la Sala Penal Nacional que revocó días atrás una detención preliminar por diez días contra Keiko Fujimori y otros investigados.

Consideró que esta circunstancia dilatará los plazos de la apelación con la que espera lograr nuevamente la libertad de su defendida.

En caso de que no lo consiga, Loza ya anunció que presentará un recurso de casación ante la Corte Suprema por considerar que no se respetaron los derechos de Keiko Fujimori durante el proceso.

A Keiko Fujimori se le imputa un presunto delito de lavado de activos agravado por presuntamente haber ordenado a la cúpula del partido Fuerza Popular, que ella misma preside, blanquear grandes cantidades de dinero para financiar su campaña de 2011 a la Presidencia de Perú.

El juez consideró que Fujimori lideró supuestamente una organización criminal enquistada en su partido para captar dinero ilícito y así llegar al poder, desde donde retribuiría los favores con actos de corrupción.

El lavado se realizó aparentemente con una contabilidad ficticia en la que se simularon múltiples donaciones de personas particulares a las que les pidieron que prestaran sus nombres.

Entre el dinero ilícito ocultado bajo esa modalidad puede estar el millón de dólares que la constructora brasileña Odebrecht afirmó haber pagado a la campaña de Fujimori, posiblemente desde la misma cuenta oculta con la que pagó sobornos en una docena de países de Latinoamérica.