IGLESIA CATÓLICA
Obispos piden perdón a los jóvenes por abusos sexuales
Algunos de los obispos que intervinieron en las primeras sesiones del Sínodo pidieron perdón por el tema de los abusos sexuales y por su “traición” a los jóvenes, entre ellos los inmigrantes, explicó ayer el prefecto de la Secretaría de la Comunicación del Vaticano, Paolo Ruffini.
El tema de los abusos, la traición a la juventud y la no acogida de los inmigrantes, que en su mayoría son chicos y chicas, fueron mencionados por algunos de los 25 obispos que tomaron la palabra en el Sínodo sobre los jóvenes, que comenzó ayer y finalizará con la presentación de un documento el próximo 27 de diciembre.
Ruffini resumió en una rueda de prensa a grandes rasgos y sin citar quienes fueron los obispos, los varios temas que se tocaron, y aseguró que cuando se habló de la “no acogida a los inmigrantes” hubo un momento de conmoción en la sala del Sínodo.
De los discursos, añadió este laico responsable del departamento de Comunicación del Vaticano, también surgió “la necesidad para la Iglesia de volver a ser creíble”.
Uno de los padres sinodales, como se llaman a los 267 obispos con derecho al voto, también dijo que “la Iglesia ha perdido su facultad de ser joven” y recordó que “Jesús era joven”.
La profesora italiana de Sociología Chiara Giacardi, que participa en el Sínodo como experta, explicó que 5 o 6 obispos fueron los que “hablaron de manera muy fuerte” sobre la necesidad de pedir perdón.
En la rueda de prensa que cada día organizará el Vaticano para hablar de cómo avanza el Sínodo, también intervino hoy el obispo argentino de Quilmes, Carlos José Tissera, quien explicó que en su intervención abogó por “escuchar el clamor de la juventud”.
Para Tissera es necesario que la Iglesia “provoque este encuentro con los jóvenes y el Evangelio y que se haga intermediaria para que los jóvenes sean felices”.
(+) INDICAN IGLESIA NECESITA ESCUCHAR A LOS JÓVENES Para el obispo argentino Carlos José Tissera es necesario que la Iglesia “provoque este encuentro con los jóvenes y el Evangelio y que se haga intermediaria para que los jóvenes sean felices”. “Los jóvenes son una bendición, no una amenaza. La Iglesia necesita escucharlos y ayudarlos a encontrar el Evangelio. Hemos de escuchar también sus silencios porque a veces son dolorosos, pues no saben qué hacer con su vida y su destino es o la cárcel o la droga, como pasa en mi país o en muchos otros países del mundo”, explicó. Tissera también reveló que muchos obispos pidieron perdón en nombre de la Iglesia “por los errores” cometidos y exhortó a que el Sínodo encuentre “consejos prácticos” y “directrices” para la juventud.