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La primera ministra de Nueva Zelanda y su bebé entran en la historia en la ONU

AFPNACIONES UNIDAS, Estados Unidos

Al llevar a su bebé al salón de la Asamblea General, la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, entró en la historia, sacudiendo con ternura un mundo político todavía muy masculino.

Las fotos de Ardern, de 38 años, con su pareja Clarke Gayford y su hija de tres meses, Neve, en el amplio hemiciclo de la ONU en Nueva York en vísperas de la Asamblea General, dieron la vuelta al mundo.

"Es la primera vez que una líder mujer trae a su bebé a este hemiciclo creado hace 73 años y que supuestamente representa al mundo entero", confirmó a la AFP Stephane Dujarric, portavoz de la ONU.

"Es algo muy bueno y estamos encantados de tener a Neve en el hemiciclo de la Asamblea General. Con sólo un 5% de mujeres dirigentes en el mundo, tenemos que hacer todo lo posible para que ellas se sientan acogidas de la mejor manera", agregó el funcionario.

La presencia de la bebé y del compañero de Ardern, que fue quien se hizo cargo de la niña mientras ella encadenaba discursos y ceremonias en Nueva York, también captó todas las miradas por tratarse de una forma de repartirse las responsabilidades familiares que es poco habitual en muchos países.

- "La ONU necesitaba esto" -

"La ONU, y los países que la componen, necesitaban esto", se felicitó en Twitter la exembajadora de Estados Unidos ante el organismo, Samantha Power, que se unió a una ola de celebraciones en las redes sociales por la presencia de la bebé entre los líderes del mundo.

Ardern es la segunda mujer del mundo en tener un hijo estando en el poder, después de la paquistaní Benazir Bhutto. Con su gesto espera haber abierto la vía a otras mujeres.

"Quiero normalizar esto", contó a la periodista de CNN Christiane Amanpour para explicar la presencia del bebé en un lugar de trabajo. Hasta ahora, Ardern había evitado exponer a su hija.

"Si queremos que los lugares de trabajo sean espacios más abiertos, hay que reconocer que hay desafíos logísticos", agregó la política, que mencionó por ejemplo que no había ningún lugar para cambiar a los bebés.

Ardern, que es la primera ministra más joven que ha tenido su país, reconoce que su estatus de poder le permite cosas que el resto no puede.

"Yo lo que reconozco constantemente es que tengo ayudantes que asisten a Clarke para que el pueda conjugar su carrera con el hecho de ser el principal encargado de la bebé", reconoció. "Pero lo que más me sorprende es la cantidad de hombres y de mujeres que me han dicho: 'Yo hago lo mismo'. Y también tenemos que normalizar eso", agregó.

Gayford, un presentador de televisión, contribuyó al entusiasmo general cuando tuiteó una fotografía de la credencial diplomática de su hija ante la ONU, calificando a Neve como "el primer bebé de Nueva Zelanda".

"Ojalá pudiera haber captado la mirada de sorpresa de una delegación japonesa dentro de la ONU ayer que entró a una sala de reuniones en medio de un cambio pañales", escribió Gayford en las redes sociales.

El embarazo, la maternidad y la relación con el poder de Ardern la han convertido en una figura emblemática del feminismo en el contexto del movimiento .MeToo en Estados Unidos.

- Una sensación mediática -

Ardern aprovechó la sensación que causó su aparición en la ONU para destacar la modernidad de su país, una nación de menos de 5 millones de habitantes que ha ya ha elegido a tres mujeres al frente del gobierno.

"Por el hecho de ser la tercera mujer primera ministra, nunca creí que mi género iba a interponerse en lo que fuera que quisiera hacer", contó.

"Reconozco a las mujeres antes de mí y a los neozelandeses por haber celebrado el nacimiento de mi hija (...) Estoy orgullosa de nuestra nación", afirmó.

La novedad de su bebé en la ONU hizo que Ardern se convirtiera en una sensación entre los medios estadounidenses, que se peleaban por entrevistarla.

Además de CNN, la primera ministra neozelandesesa apareció en el programa "Today Show" de la cadena NBC y este miércoles fue invitada por Stephen Colbert a la CBS.

Esta ola de popularidad le da un respiro a Ardern, que está en el poder desde finales de 2017, y que en estas últimas semanas enfrenta sus primeras dificultades políticas con la dimisión de dos ministros en dos semanas.

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