Merkel defiende libertad de prensa tras polémica intimidación en Dresde

La canciller alemana, Angela Merkel, defendió hoy la libertad de prensa, tras la polémica intimidación que sufrió un equipo de la televisión pública ZDF durante una protesta ultraderechista en la ciudad de Dresde (este del país).

Merkel declaró que cualquier participante en una manifestación debe "respetar" la libertad de prensa, en alusión al suceso, que motivó también hoy el reclamo de la ministra de Justicia, Katarina Barley, del total esclarecimiento de lo ocurrido, cuyo instigador era un agente de la Policía local que no estaba de servicio.

"Respaldo expresamente la libertad de prensa", dijo Merkel después de que la ministra, del Partido Socialdemócrata (SPD), declarara: "La libertad de prensa es un bien irrenunciable para nuestra sociedad, acorde a nuestra Constitución".

"Lo ocurrido en Sajonia es alarmante y debe ser aclarado de inmediato", afirmó en un tuit la ministra, cuyo partido forma parte de la coalición de Gobierno que preside Merkel.

Merkel y Barley aludían así a los incidentes registrados en Dresde, la capital de Sajonia, tras una marcha convocada por el movimiento Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente (Pegida), en la que un equipo de la ZDF se vio increpado por un participante en ese acto que trató de impedir que le grabaran.

A continuación, el equipo de televisión se vio obstaculizado en su trabajo por un control policial durante casi tres cuartos de hora, según ha denunciado el citado medio.

Como se reveló con posterioridad, el participante en la marcha que increpó al equipo de reporteros era un agente del Departamento de Investigaciones Policiales del "Land" de Sajonia, que pretendía que dejaran de filmar la marcha de Pegida.

El director de informativos de la ZDF, Peter Frey, denunció lo que calificó de "clara restricción del derecho a la información" y a la labor periodística.

Los incidentes ocurrieron la semana pasada, durante una visita a Dresde de la canciller Merkel.

La capital sajona es el lugar donde en 2014 se originó el movimiento islamófobo Pegida, que convocó ahí cada lunes durante meses unas marchas ultraderechistas que llegaron a alcanzar dimensiones multitudinarias, con hasta 25.000 manifestantes, aunque a partir de 2016 empezaron a perder afluencia.

En la convocatoria contra la visita de Merkel participaron un par de centenares de simpatizantes de ese movimiento, que hicieron oír su protesta, aunque a distancia de la canciller.