TRANSPARENCIA INTERNACIONAL
La corrupción en Latinoamérica es "endémica", según José Ugaz
El peruano José Ugaz, expresidente de Transparencia Internacional, afirma que la corrupción en Latinoamérica es "endémica" y advierte de que el caso más grave es "Lava Jato", originado en Brasil y que salpica a doce países de la región, varios ex presidentes y altos funcionarios.
En un artículo publicado hoy en Firmas de EFE (www.efedocanalisis.com/category/firmas/), el también exprocurador Ad-Hoc de Perú en el caso Fujimori-Montesinos considera que el problema de la corrupción tiene "carácter histórico, estructural y sistémico", por lo que sólo podrá ser erradicado si se modifican las estructuras y se reorganizan profundamente los Estados.
A eso hay que agregar, dice, "el reto de cambiar una cultura que se ha vuelto tolerante con la corrupción, asumiéndola como parte de la vida cotidiana, y como un mecanismo de movilidad y ascenso social".
Ugaz subraya que Latinoamérica "aparece en promedio con un puntaje de 32 puntos sobre 100 en el Índice de Percepción de Corrupción de Transparencia Internacional" y que esta región "siempre ha padecido, salvo las honrosas excepciones de Uruguay, Chile y Costa Rica, de una corrupción endémica".
"La corrupción tiene un efecto pernicioso: profundiza la pobreza, impide el desarrollo y afecta la gobernabilidad. En última instancia, es un impuesto que pagan los más pobres", apunta el jurista peruano.
Esas consecuencias, agrega, "son más visibles y devastadoras" cuando se trata de casos de "Gran Corrupción", es decir, "aquella cometida por autores con gran poder", y pone como ejemplo el caso Fujimori-Montesinos, ocurrido en los años noventa y que supuso un asalto al Estado peruano por parte de sus máximos dirigentes.
Y advierte sobre el caso "Lava Jato", que lo describe como "una sofisticada trama corrupta que, partiendo de Brasil, ha tenido consecuencias devastadoras en 12 países de América Latina y dos de África".
"Lava Jato" es producto de "prácticas colusivas entre las empresas constructoras más grandes de Brasil y servidores públicos de muy alto nivel", detalla Ugaz, para insistir en que esa relación generó "sobornos sistemáticos a cambio de entrega de grandes obras de infraestructura que luego serían extremadamente sobrevaluadas".
"El esquema fue exportado a la mayoría de los países de la región con las mismas características: pagos de sobornos y financiamiento de campañas, y movilización de cientos de millones de dólares a través de esquemas sofisticados", agrega.
Sólo en el caso de la poderosa constructora Odebrecht, indica, "se usaron tres capas de empresas offshore, implementando un departamento de administración de sobornos y comprando la sucursal de un banco".
En consecuencia, "están presos y/o investigados varios ex presidentes, vicepresidentes, ministros, altos funcionarios y empresarios emblemáticos de Latinoamérica", pero también "decenas de miles de personas se han quedado sin trabajo y miles de millones de dólares han sido desviados para el beneficio de los corruptos", según sus palabras.
Todo ello, añade, ha dado lugar a "una crisis económica, política y social sin precedentes".
Ugaz considera que es el momento de "emprender las grandes reformas políticas pendientes y generar desde el sector privado un nuevo modelo de hacer negocios con integridad".