MARTÍ
Cuba se paraliza para celebrar el 165 natalicio de su héroe más venerado
Aunque cada 28 de enero se multiplican los eventos en Cuba para recordar el nacimiento de José Martí, este año la isla se ha volcado de forma especialmente intensa en la conmemoración del legado de su "apóstol de la independencia", a la que incluso acudirán invitados ilustres de Estados Unidos.
El país caribeño tiene muchos héroes "pero un único apóstol", advertía estos días el respetado historiador de La Habana, Eusebio Leal, uno de los mayores estudiosos de la figura de Martí (1853-1895), el icono independentista nacido en La Habana de un matrimonio de españoles, tinerfeña la madre, valenciano el padre. Concursos de fotografía, de declamación poética, cánticos, exposiciones de carteles y hasta un juego de naipes para "conocer más" al héroe nacional son algunas de las actividades con las que los cubanos celebran la efeméride. Y es que Martí no es solo una figura venerada, sino una presencia cotidiana en el quehacer diario de la isla, donde miles de bustos martianos guardan las entradas de cada edificio oficial y escuela y también pueden verse en numerosas viviendas particulares, mientras sus citas copan pancartas y murales. Martí "es algo maravilloso para nosotros, nos ha hecho ser fieles a la patria", dijo a Efe en el barrio habanero del Vedado la septuagenaria Madalys Ramírez, diseñadora de moda. Cerca de allí, Rubén, un mecánico de la generación "milenial", asegura que el héroe independentista fue "un gran pensador" y, arrodillado frente al motor de un antiguo coche de factura polaca, recita de corrido sus fechas de nacimiento y muerte, aunque frena a la hora de recordar el nombre de su batalla final. En otro parque de la ciudad tres niños cercanos ya a la adolescencia demuestran también estar familiarizados con la figura histórica, aunque titubean a la hora de explicar por qué es tan importante para su país. Este viernes, el principal periódico cubano, Granma, no contenía noticias porque dedicó todas sus páginas al héroe nacional, desde todas las perspectivas posibles: política, arte, música, filosofía o literatura, entre otras. Las redes sociales tampoco han permanecido ajenas a la conmemoración, especialmente desde las cuentas institucionales de los organismos de la isla. Pero el evento que levanta mayor expectación este año es la inauguración oficial de una estatua ecuestre de Martí en La Habana Vieja, una réplica exacta de la que se alza en el Central Park de Nueva York, que inmortaliza a Martí a caballo al ser herido de muerte durante la batalla independentista de Dos Ríos. La escultura original es de la artista estadounidense Anna Hyatt Huntington y la llegada de su réplica a Cuba coronó más de dos décadas de esfuerzos de la Oficina del Historiador de La Habana por traerla a la ciudad. No se ha desvelado el coste de la obra, pero sí que ha sido financiada con donaciones de estadounidenses, cubanoamericanos y otros mecenas convocados por el Museo del Bronx de Nueva York. Sin embargo, el "factor sorpresa" no es ni el precio ni la inauguración mañana domingo de la estatua, ya familiar para los habaneros dado que llegó en octubre a La Habana y luce desde entonces en la que será su ubicación permanente. Lo que suscita curiosidad es quiénes serán los ilustres invitados estadounidenses llegados esta semana a la isla para asistir al evento, especialmente después de que se extendiera el falso rumor de que podría estar presente el expresidente de EE.UU Barack Obama, impulsor junto a Raúl Castro del deshielo entre ambos países. Descartado Obama, suena como posible invitado quien fuera su asesor adjunto de seguridad nacional, Ben Rhodes, un actor clave en las negociaciones para la normalización de las relaciones bilaterales y que también representó a su país en los funerales de Fidel Castro en 2016. También se espera a congresistas del país vecino, representantes de Nueva York y posiblemente algunos de los mecenas que apoyaron el proyecto. Su anfitrión en el acto será el presidente Raúl Castro. No es casualidad -pocas cosas lo son en Cuba- que las autoridades hayan dado máximo protagonismo a este acto en un momento en que la isla y su vecino del norte reviven viejas tensiones tras la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump. Martí, además de paradigma de patriotismo e independencia, también vivió quince años en Estados Unidos, de hecho más tiempo del que pasó en la isla, lo que hace de él un símbolo de entendimiento entre los dos países. Horas antes se desarrollará otro de los actos clásicos del natalicio, la "Marcha de las Antorchas" que cada año convoca a cientos de universitarios en un recorrido nocturno desde la Universidad de La Habana a la Fragua Martiana, el monumento que marca el lugar donde el prócer adolescente cumplió trabajos forzados como picapedrero. Esta tradición la inició en 1953 Fidel Castro, entonces un joven abogado, para conmemorar el centenario del nacimiento de Martí.