ARGENTINA
Jueza de caso submarino argentino trabaja bajo premisa de que no sea ubicado
La jueza argentina Marta Yáñez, encargada del caso sobre la desaparición del submarino de la Armada ARA San Juan, cuyo rastro se perdió en el Atlántico hace 26 días con 44 tripulantes a bordo, aseguró hoy que está trabajando con la "máxima" de que el buque quizá no pueda ser localizado o reflotado.
"Yo me estoy manejando en la situación actual. A 25 días de búsqueda se dejó de especular con que había posibilidad de sobrevida o de rescate efectiva. Entonces me manejo con la máxima de que no los fuéramos a ubicar, o si es ubicado que no lo pudiéramos reflotar", expresó la magistrada en declaraciones a radio La Red.
Consultada por a quién le correspondería dar por fallecidos a los 44 tripulantes, Yáñez explicó que es al juez civil con competencia "en el ultimo domicilio de los causantes", en el caso de que no fueran localizados los cuerpos.
"Hoy en la causa tengo que hablar de 44 personas desaparecidas", remarcó la jueza, titular del juzgado de Caleta Olivia, la localidad de la Patagonia argentina en la que se estudia el caso.
Sin embargo, sobre si ya no hay dudas de que se trata de una tragedia con el peor final, Yáñez fue tajante: "A mí cada vez me quedan menos dudas respecto a eso".
"La investigación está en incipiente estado de instrucción, estamos relevando 12 cajas de documentación que mandó la Armada que estamos exhaustivamente examinando", añadió.
La instrucción del caso, que sigue caratulado como "averiguación de ilícito", según argumentó, tiene "tres patas", la Fiscalía y una querella del padre de un tripulante, Luis Tagliapietra.
"Y estoy dando tiempo a que los familiares se restablezcan y vamos a hacer otras medidas en el momento oportuno", subrayó la jueza, quien aseveró que esta es la última entrevista que va a dar en el año, porque tiene "que trabajar y examinar documentación".
La magistrada evitó pronunciarse sobre si cree que la desaparición del submarino, hecho por el que el Gobierno ya ha abierto un sumario para determinar responsabilidades en la Armada, fue un accidente o hecho negligente.
"Yo no puedo tener ninguna presunción ni prejuicio de nada, por eso quiero ser muy cauta y actuar con suma prudencia porque el caso lo amerita y reviste una complejidad desde todo punto de vista", consideró.
Además, agregó que el organigrama de la Armada "es muy amplio y hay muchas áreas" y hay que ser "muy prolijos para determinar si hubo alguna responsabilidad".
"También ha trascendido que hay una investigación en el seno propio de la Armada para determinar faltas indisciplinarias y eso va a jugar también un rol importante en la causa", afirmó.
"Para los que temen que el caso se va a olvidar, yo por lo menos no lo puedo olvidar, y me comprometo que en dos meses hagamos un recuento de todas las medidas de prueba que estamos sacando para mantener la información del caso", concluyó Yáñez.
La búsqueda del buque sigue sin dar frutos con una intensa operación en la que han colaborado diversos países, entre ellos Estados Unidos, Rusia y Reino Unido.
La Armada, así como el Ministerio de Defensa, del que depende, ya señaló hace varios días que el tiempo transcurrido y las condiciones extremas, en el fondo del mar, no permiten que haya sobrevivientes.
El último contacto con el ARA San Juan fue el 15 de noviembre, cuando se dirigía rumbo a Mar del Plata desde el puerto de Ushuaia.
En el último parte de la Armada sobre las labores de búsqueda, se informó de que el área que se rastrea está llena de "canalones submarinos" que dificultan el trabajo de los sensores.
La zona de búsqueda fue delimitada en torno a un área del océano en la que varias agencias internacionales informaron que se había registrado una explosión horas después de desaparecer el buque, cerca de donde se perdió su pista.
Una de las principales hipótesis es que ese "evento consistente en una explosión" -como lo definieron desde la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, con sede en Austria- puede estar relacionado con la avería de la que el submarino informó a tierra la noche anterior a que se le perdiera la pista.
Primero por teléfono y después por escrito, el comandante del San Juan alertó a sus superiores de que había habido entrado agua por un conducto de ventilación (snorkel), que se filtró en el compartimiento de las baterías eléctricas y produjo un principio de incendio.
Según la Armada, ese fallo fue subsanado y el submarino pudo seguir navegando hacia Mar del Plata, adonde tenía que haber llegado el 19 de noviembre.