Puigdemont y Cataluña irrumpen en la actualidad mediática de Bruselas

El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont acaparó hoy la atención de los medios en Bruselas, con una rueda de prensa multitudinaria marcada por la incógnita sobre la duración y el motivo de su estancia en esta capital y la situación en Cataluña.

En vísperas de dos días festivos consecutivos en las instituciones europeas, los medios de comunicación en Bruselas no esperaban sobresaltos, pero tras conocerse este lunes la presencia de Puigdemont en Bélgica tuvieron que desplegar sus equipos.

Tras una jornada de incertidumbre el lunes, en la que la prensa montó guardia hasta en tres lugares distintos de la ciudad, a la espera de que compareciera en algún momento, finalmente Puigdemont convocó para hoy a los medios.

La rueda de prensa diaria de la Comisión Europea tuvo hoy muchísimos menos asistentes de lo habitual, casi sin público, al celebrarse solo media hora antes que la convocada por Puigdemont.

Ya una hora antes de su llegada, decenas de corresponsales, cámaras y fotógrafos se concentraban en el Press Club de Bruselas, el lugar elegido a última hora para la conferencia de prensa ante el rechazo del Résidence Palace, sede de varios medios nacionales e internacionales gestionada por los servicios del primer ministro belga, Charles Michel, para acoger la intervención.

A su llegada, Puigdemont fue increpado por varios ciudadanos que ondeaban banderas españolas y europeas a gritos de "vergüenza", "No en mi nombre" y "viva España, viva Cataluña".

"No hay motivo para romper" con España, dijo a Efe uno de los manifestantes, que portaba una bandera española y otra europea y expresó su deseo de que "todo vuelva al orden".

Al otro lado de la entrada, vallada y con un gran dispositivo de seguridad, un grupo de independentistas flamencos mostraron "simpatía" con el movimiento nacionalista catalán con banderas "estelades".

"Trabajo en el Parlamento Europeo y apoyo la causa de los catalanes como independentista flamenco. Para nosotros es un gran ejemplo, están mostrando el camino y lo observamos con mucha atención", afirmó Woueer.

Puigdemont acudió acompañado de seis exconsellers: Dolors Bassa (Esquerra Repúblicana de Cataluña), Toni Comín (ERC), Joquim Forn (Partido Demócrata Europeo Catalán), Meritxell Borràs (PDeCAT), Meritxell Serret (ERC) y Clara Ponsatí (miembro de la Asamblea Nacional Catalana).

También le siguieron tres eurodiputados, Ramón Tremosa (PDeCat), Jordi Solé (ERC) y Josep-Maria Terricabras (ERC), y el líder del partido Vlaams Belang (Interés Flamenco), Tom Van Grieken, rostro de la extrema derecha en Bélgica.

Puigdemont tuvo que acceder a la sala ayudado por los miembros del dispositivo de seguridad ante la falta de espacio físico, y de hecho tuvieron que abrir un pasillo para que pudiera llegar hasta el lugar dotado de micrófonos y previsto para su intervención.

La conferencia de prensa estuvo marcada por la gran presencia de medios internacionales, en una sala abarrotada sin apenas cobertura ni medios para la transmisión del material informativo, lo que provocó quejas entre los periodistas.

Algunos medios españoles protestaron también al término de la rueda de prensa por no haber recibido la palabra en el turno de preguntas, en el que sí pudieron preguntar BBC, Sky News, Euronews, TV3 y una televisión local belga.

Puigdemont realizó su intervención en catalán, castellano, francés e inglés, en la que incidió en que no ha venido a Bélgica a pedir asilo, sino a Bruselas como capital de la Unión Europea, para llamar la atención de la comunidad internacional, sin precisar cuánto durará su estancia, aunque fuentes cercanas afirmaron que durará al menos "unos días".

Ante la gran masa de gente que se agolpaba a la salida, con una nube de fotógrafos, Puigdemont salió a través del garaje del club de prensa en el interior de un taxi.

Entre la masa de gente, Jeanne, una camerunesa criada en Girona, mostró, con una "senyera" (bandera catalana), su "tristeza" por la situación que vive Cataluña y su "deseo de votar" en las elecciones del 21-D.

"No es un momento de mostrar si somos independentistas o no, sino de defender la democracia y nuestro deseo de votar en las próximas elecciones", dijo.