PYONGYANG
Corea del Norte prueba su capacidad de alcanzar Guam lanzando un misil sobre Japón
Corea del Norte disparó un misil por encima del territorio nipón, lo que fue calificado por Tokio como un test "de gravedad sin precedentes" y con el que Pyongyang quiso probar aparentemente su capacidad de alcanzar la isla de Guam (EE.UU.).
El proyectil balístico disparado a primera hora de ayer sobrevoló la isla de Hokkaido, en el norte del archipiélago, y cayó en aguas del océano Pacífico, a unos 1.180 kilómetros de la costa japonesa, según detalló el Ejecutivo nipón.
Se trata de la primera vez en que un misil norcoreano pasa por encima de Japón en ocho años, sin contar otros lanzamientos que sobrevolaron pequeñas islas del sudoeste del archipiélago, y después de que en 2009 y 1998 Pyongyang lanzara sobre territorio nipón supuestos cohetes espaciales con tecnología de misiles balísticos.
El ensayo representó una amenaza "seria, grave y sin precedentes" para la seguridad nacional, según dijo el primer ministro nipón, Shinzo Abe, tras mantener una conversación telefónica con el presidente estadounidense, Donald Trump, para coordinar una respuesta firme ante el nuevo órdago de Pyongyang.
Tokio, Washington y Seúl solicitaron hoy mismo la convocatoria de una reunión urgente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para tratar el asunto, después de que a principios de mes este órgano de la ONU aprobara nuevas sanciones sobre Pyongyang por su lanzamiento de un misil intercontinental del pasado 4 de julio.
Pero el régimen que lidera Kim Jong-un parece decidido a ignorar la cada vez más asfixiante presión de la comunidad internacional, puesto que al citado lanzamiento le siguió el de otro misil intercontinental a finales de agosto, el de tres proyectiles balísticos de corto alcance el pasado sábado y la prueba de hoy.
Corea del Norte ha probado trece misiles balísticos en lo que va de año y tras la llegada al poder de Trump, quien ha mantenido un cruce de amenazas belicistas con Pyongyang de tono creciente y ha respondido a los incesantes ensayos armamentísticos norcoreanos con exhibiciones de poderío militar.
La escalada de la tensión en la península de Corea alcanzó uno de sus puntos álgidos a principios de agosto cuando el hermético país reveló su plan para bombardear el entorno de la isla de Guam, que alberga importantes bases de EE.UU.
Con su último test, el Ejército norcoreano querría demostrar su capacidad para alcanzar dicho territorio, aunque optó por no dirigir el misil en dirección a la isla para evitar represalias de Washington, según diversos analistas.
"De haber lanzado el misil hacia el sur (en dirección a Guam), la respuesta estadounidense habría sido dura, por lo que parece que (Corea del Norte) disparó en una dirección distinta para no provocar a EE.UU.", dijo en rueda de prensa el ministro nipón de Asuntos Exteriores, Taro Kono.
El misil recorrió unos 2.700 kilómetros, y tanto la distancia recorrida como su altura máxima -unos 550 kilómetros- apuntan a que se trató de un proyectil de alcance intermedio.
La isla de Guam se encuentra a unos 3.200 kilómetros al sur de la costa este norcoreana.
Las autoridades niponas señalaron que el proyectil sería el Hwasong-12, un modelo de rango medio-largo probado el pasado mayo y que Pyongyang mencionó en su plan detallado para atacar la isla estadounidense del Pacífico.
Japón detectó el misil al aproximarse a su espacio aéreo y llegó a alertar a los ciudadanos del norte del país de un posible impacto, aunque decidió no interceptar el proyectil al considerar que volaba a gran altura y que por tanto no había riesgo de que cayera en su territorio, explicó el ministro de Defensa, Itsunori Onedera.
El lanzamiento tiene lugar mientras Corea del Sur y Estados Unidos llevan a cabo unas amplias maniobras militares conjuntas de carácter anual que Pyongyang califica de "peligrosa provocación militar".
Además, llega una semana después de que Washington celebrara la "contención" mostrada por el régimen norcoreano y confiara en un cambio en la actitud de Pyongyang que pueda desembocar en un diálogo bilateral, en línea con la oferta planteada anteriormente por Seúl, y que, según el Gobierno de Moon Jae-in, sigue en pie.