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EN CHILE

Esterilizadas a la fuerza por tener VIH

LOS DEFENSORES DE DERECHOS HUMANOS PIDEN AL ESTADO CHILENO UNA REPARACIÓN POR ESTOS HECHOS EN FORMA DE INDEMNIZACIÓN

Cristina García Casado / EFEWashington

A Francisca le robaron su sueño de tener una familia grande. Los médicos chilenos la esterilizaron sin su consentimiento tras dar luz a su primer y único hijo, un caso que han sufrido otras mujeres con VIH en el país suramericano.

Quince años después, esta madre chilena sigue pidiendo que se haga justicia y ayer llevó su caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), con sede en Washington.

"Me pregunto por qué me mutilaron. Aquí me ven bien, pero por dentro prácticamente me sacaron mi vida", dijo en una audiencia que durante los veinte minutos de su testimonio fue a puerta cerrada para preservar su intimidad.

Durante años Francisca no supo que lo que le habían hecho era ilegal, hasta que conoció la organización Vivo Positivo y le explicaron que no hay ningún supuesto en el que la esterilización pueda hacerse sin consultar a la mujer.

"Y tú te sentís totalmente vacía, porque cuesta mucho sacarse el estigma de que te dicen que eres una mala madre, pero yo veo a mi hijo sano, nunca se ha enfermado, entonces no entiendo por qué siempre me criticaron, por qué no me dejaron decidir a mí, por que no me trataron como gente normal", relata.

La matrona que la atendió cuando iba a dar a luz no paraba de repetirle que "era una inconsciente", "que en qué condiciones iba a tener ese hijo", "que lo iba a dejar huérfano", "que era mejor que abortara".

"Y yo con miedo, escuchando esas cosas, con miedo a que mi hijo tuviera el virus. Con miedo a morir", confiesa.

Francisca siempre quiso ser una madre joven y tener una familia grande, pero no la dejaron si quiera disfrutar del embarazo y el parto de su primer y único hijo.

"Cuando el médico entró en la sala, les dijo a todos que tuvieran cuidado porque tenía VIH. Todos estaban tan protegidos que no parecían médicos, sino astronautas", narra.

Fue la misma matrona que la había acosado con insultos antes del parto la que le dijo después que la habían esterilizado y que ya no podía tener más hijos.

Todavía hoy, Francisca revive esa pesadilla cada vez que va a tomarse muestras de sangre: "hay enfermeras que no pueden hacérmelo porque todavía les da miedo", cuenta.

Los defensores de derechos humanos que la acompañaron en la audiencia piden al Estado chileno una reparación por estos hechos en forma de indemnización y de medidas de rehabilitación médica y social.

También quieren que casos como el de Francisca no vuelvan a repetirse.

Los representantes del Gobierno chileno dieron la razón a Francisca y a las organizaciones en que se violaron sus derechos y que su caso nunca debió haber ocurrido.

Y proponen negociar una solución amistosa, algo a lo que las organizaciones dijeron no estar en condiciones de dar una respuesta todavía.

Los comisionados de la CIDH pidieron al Estado que presente una propuesta con los posibles términos de esa solución amistosa, que debe incluir un reconocimiento de su responsabilidad.

El caso de Francisca no es aislado. En 2010, un estudio del Centro de Derecho Reproductivos y Vivo Positivo reveló las violaciones de derechos humanos a las que son sometidas las mujeres con VIH en los centros sanitarios de Chile.

Ese informe destapó un abuso generalizado a estas mujeres por parte del personal sanitario chileno, incluida la esterilización sin su conocimiento ni consentimiento durante otros procedimientos médicos.

La investigación señaló al Gobierno chileno por "fracasar" en la protección de los derechos humanos de las mujeres con VIH en el país, "promoviendo" un ambiente en el que los profesionales de la salud las discriminan intencionalmente.

Para Francisca es ya imposible tener más hijos, pero quiere que las futuras madres con VIH no tengan que pasar por el infierno que ella tuvo que vivir, ni que nadie les robe su derecho a elegir si se quedan de nuevo embarazadas.

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