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PRESIDENTE EEUU

Obama ultima decreto para el control de las armas ante "fracaso" del Congreso

se reunió en la Casa Blanca con la fiscal general del país, Loretta Lynch, y el director del FBI, James Comey, entre otros funcionarios y asesores

El presidente de EE.UU., Barack Obama, ultimaba un paquete de medidas ejecutivas para tratar de reducir la violencia causada por las armas de fuego en el país, que desvelará este martes y de las que dijo que "potencialmente salvarán vidas" ante la inacción del Congreso.

"Tenemos que hacer algo en este país para hacer frente a las consecuencias del fracaso del Congreso" a la hora de legislar para evitar que, como ocurre ahora, 30.000 estadounidenses mueran cada año en incidentes con armas de fuego, según explicó en su rueda de prensa diaria el portavoz de Obama, Josh Earnest.

Poco después, Obama se reunió en la Casa Blanca con la fiscal general del país, Loretta Lynch, y el director del FBI, James Comey, entre otros funcionarios y asesores, para recibir una serie de recomendaciones sobre cómo endurecer por decreto el control de la compraventa de armas de fuego.

En unas breves declaraciones a los periodistas desde el Despacho Oval, Obama adelantó que dará a conocer sus medidas ejecutivas "en los próximos días" y poco después la Casa Blanca confirmó que las anunciará mañana a las 11.40 hora local (16.40 GMT) desde el Salón Este.

Obama explicó que ha recibido "algunas ideas" sobre cómo, a través de su autoridad ejecutiva, su Gobierno puede "marcar la diferencia" para tratar de garantizar que las armas no caen en manos de criminales o de personas con problemas mentales.

Además, afirmó que las medidas que prevé tomar están dentro de su "autoridad legal" como presidente y advirtió que no van a evitar "todos" los tiroteos ni crímenes violentos, pero sí "potencialmente salvarán vidas".

El presidente señaló, asimismo, que su plan ejecutivo es "totalmente coherente" con la Segunda Enmienda de la Constitución estadounidense, que recoge el derecho a portar armas.

Obama no dio ningún detalle sobre el tipo de medidas que prevé anunciar, pero unas horas después explicaron su contenido en una conferencia telefónica Lynch, Earnest t la asesora presidencial Valerie Jarrett.

El mandatario estadounidense toma estas medidas ante la inacción del Congreso sobre el asunto que, según ha reconocido, es la mayor frustración de su mandato, pero no podrá esquivar completamente la capacidad de bloqueo del Legislativo, controlado por los republicanos.

El Congreso tendrá que aprobar la petición de nuevos fondos en el presupuesto del año fiscal 2017, que comienza el próximo 30 de septiembre, para la contratación de 200 nuevos agentes e investigadores del Buró de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por su sigla en inglés).

Asimismo, Obama quiere que el Buró Federal de Investigaciones (FBI) contrate más de 230 examinadores y otro personal adicional para acelerar el proceso de las revisiones de antecedentes criminales.

Este aspecto es clave, defendió Lynch, al explicar que la ley actual establece que si la revisión tarda más de tres días el comprador puede adquirir el arma sin haberse determinado si es apto o no para poseer una.

El decreto que mañana anunciará Obama requiere además que el Congreso apruebe una partida de 500 millones en nueva inversión para mejorar el acceso a los servicios de salud mental.

Antes incluso de conocer los detalles del plan de Obama, el líder republicano Paul Ryan, que preside la Cámara de Representantes del Congreso, acusó al mandatario de querer restringir el derecho "fundamental" a portar armas que tienen los estadounidenses.

En un comunicado, Ryan criticó el "desdeño" mostrado por Obama, "desde que era candidato" a la Casa Blanca en 2008, por "los estadounidenses que valoran la Segunda Enmienda" de la Constitución.

Obama "actúa como si el derecho a portar armas fuera algo que debe ser tolerado cuando en realidad, como la Corte Suprema reafirmó en 2008, es fundamental", sostuvo Ryan al alertar de que el decreto que prepara el presidente supone "un nivel peligroso de extralimitación ejecutiva y el país no va a tolerarlo".

Al igual que Ryan, la mayoría de los aspirantes a la nominación presidencial republicana para las elecciones del próximo noviembre han anticipado su oposición a las medidas ejecutivas de Obama.

Dos sucesos de 2012 -la matanza de 12 personas en un cine de Aurora (Colorado) y la ocurrida en la escuela Sandy Hook de Newtown (Connecticut), donde fueron asesinados a tiros 20 niños y 6 mujeres- llevaron a Obama a tratar de sacar adelante medidas para endurecer las ventas de armas de fuego en EE.UU.

El presidente propuso entonces medidas para reformar la legislación al respecto, pero el Congreso ni siquiera aprobó la que generaba más consenso: una mejora del sistema de verificación de antecedentes para impedir que las armas lleguen a los criminales o a las personas con problemas mentales.

El detonante para volver a tratar de crear conciencia sobre la necesidad de enfrentar el problema han sido, de nuevo, varios tiroteos masivos en 2015, entre ellos uno con 9 víctimas en octubre en una universidad de Oregón y el de diciembre en San Bernardino (California), donde murieron 14 personas y que se investiga como un "acto de terrorismo".

Este jueves, Obama participará en un foro con ciudadanos abierto a preguntas sobre cómo reducir la violencia causada por las armas, organizado y transmitido por la cadena de televisión CNN en horario de máxima audiencia.

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