TERREMOTO POLÍTICO
Filtraciones, espionaje y nuevos rostros marcan el año en los medios de EEUU
El 2013 ha sido un año de sobresaltos para los medios estadounidenses, con hitos como la venta del diario The Washington Post, el debut del canal de televisión para hispanos en inglés Fusion, la polémica filtración de Edward Snowden y el espionaje a periodistas por parte del Gobierno. La noticia de la venta del Post llegó por sorpresa el 5 de agosto, cuando se anunció que el rotativo que durante 80 años había estado en manos de la familia Graham pasaría a ser propiedad de Jeff Bezos, el fundador de Amazon. "Necesitaremos inventar, lo que quiere decir que necesitaremos experimentar", aseguraba ese día Bezos en un memorándum enviado a los empleados del Post que alimentó la esperanza de que el innovador y gigante de la era digital trazase un nuevo curso para un sector en crisis. Pero meses después de la compra del Post, por el que Bezos desembolsó 250 millones de dólares en efectivo, sigue sin estar claro qué experimentos planea poner en marcha y cuál es exactamente su hoja de ruta para el diario. El otro gran experimento en marcha es Fusion, una aventura conjunta del canal de televisión ABC y Univision que debutó a finales de octubre y apunta a una audiencia de jóvenes hispanos anglohablantes. Isaac Lee, presidente ejecutivo de Fusion, aseguró entonces que el creciente poder adquisitivo de los jóvenes latinos representa una "enorme oportunidad" que la cadena buscará capitalizar. Los críticos señalan que todavía es pronto para juzgar el éxito de la iniciativa, que se apoya en datos como los que maneja el centro Pew, según el cual el 82 % de los latinos adultos obtiene información en medios en inglés. En octubre también se conoció que el fundador del portal de subastas Ebay, Pierre Omidyar, invertirá 250 millones de dólares en un nuevo proyecto de periodismo de investigación, que contará con periodistas como el británico Glenn Greenwald. El exreportero del rotativo The Guardian está en el centro de otra de las grandes historias de 2013, al ser el hombre en el que el exanalista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de EE.UU. Edward Snowden confió para la filtración de documentos confidenciales sobre el espionaje electrónico masivo del Gobierno. Otro de los periodistas de confianza de Snowden es el reportero del Post Barton Gellman, que lo entrevistó recientemente en Moscú. "Considero que la mía es una misión cumplida", dijo Snowden en la entrevista publicada el 23 de diciembre, en la que aseguró que su objetivo no es cambiar la sociedad, sino dar una oportunidad al público para que decida si quiere o no que las cosas cambien. Se desconoce cuántos documentos se llevó consigo Snowden, aunque Rick Ledgett, subdirector de la NSA, aseguró que la cifra podría rondar los 1,7 millones de documentos. Y si Snowden desató un terremoto político dentro y fuera de Estados Unidos, la noticia de que el Gobierno había espiado a varios periodistas de la agencia de noticias Associated Press (AP) hizo correr también ríos de tinta y enfrió aún más las ya tensas relaciones de la Casa Blanca con la prensa. La filtración que motivó el espionaje tuvo que ver con una noticia publicada por AP el 7 de mayo de 2012 en la que informaba de que el Gobierno había frustrado un complot de Al Qaeda en Yemen para atentar contra un avión con rumbo a EE.UU. La Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca expresó su preocupación por el comportamiento "demasiado agresivo" del Gobierno de Obama hacia los periodistas, ejemplificado en el espionaje a AP y a un profesional de la cadena Fox News, James Rosen, investigado en 2010 después de publicar una información en la que decía que Corea del Norte estaba preparando un ensayo nuclear. En el ojo del huracán también estuvo este año el emblemático programa de la cadena de televisión CBS "60 minutes", que se vio forzado a suspender en noviembre a una de sus reporteras estrella, Lara Logan, por un error en un reportaje sobre el ataque al consulado de EE.UU. en Bengasi (Libia) en septiembre de 2012. Logan basó su reportaje en las declaraciones de un contratista británico de seguridad del Departamento de Estado, Dylan Davies, quien aseguró haber sido testigo presencial del ataque, algo que después se supo era falso. El año que ahora toca a su fin marcó también la llegada de un nuevo consejero delegado al diario The New York Times, el británico Mark Thompson y un nuevo presidente a CNN, Jeff Zucker, quien ha prometido ampliar la programación para incluir películas y series.