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CHILE

Piñera rechaza indulto general

La decisión del presidente Sebastián Piñera de rechazar un indulto general que incluía a violadores de los derechos humanos, fue considerada por analistas como un triunfo del mandatario para imponer un criterio democrático dentro de una derecha con sectores autoritarios. Piñera logró “salir de la coyuntura con una buena resolución política”, dijo el analista Rodrigo Alvarez, al comentar la decisión del presidente de excluir a militares condenados por violaciones a los derechos humanos durante la dictadura de Augusto Pinochet de eventuales indultos que se otorguen por el Bicentenario de la independencia. Alvarez, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, dijo que “por mucho que se quiera recalcar el sentimiento del perdón, los crímenes contra los derechos humanos no pueden dejar de ser pagados, independientemente de la ideología”. Principios de derecho Para Jorge Contesse, director del Centro de DDHH de la Universidad Diego Portales, Piñera “reafirmó los principios del derecho internacional, que obligan a Chile a excluir las condenas por violaciones de los derechos humanos de una posibilidad de indulto general”. Por su parte Manuel Antonio Garretón, sociólogo de la Universidad de Chile, consideró la negativa de conceder un indulto general como un triunfo en el gobierno de las tesis del presidente en torno a los derechos humanos. A juicio del sociólogo, Piñera representa la vertiente democrática en la derecha chilena, donde aún están presentes visiones “más autoritarias”, como las de la Unión Democrática Independiente (UDI), muy identificada también con la Iglesia Católica, y que ataca fuertemente el pasado empresarial del presidente. “Esta es su contradicción. El tema democrático y de DDHH le han ayudado a ganar puntos políticamente” al mandatario, afirmó el sociólogo. Para Garretón, la decisión tomada por Piñera representa sobre todo una derrota política de la Iglesia Católica, a la que acusó de “aprovecharse del Bicentenario y de las deficientes condiciones carcelarias” para plantear un indulto que beneficiara a los violadores de los derechos humanos. La Iglesia Católica y la Iglesia Evangélica, que por separado propusieron un indulto, se mostraron satisfechas con la decisión del presidente de no indultar a militares condenados pero sí con su propósito de estudiar indultos “caso a caso” por causas humanitarias, como enfermedades o avanzada edad.

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