ESTADOS UNIDOS
Mil millones cubrirán deudas
LA META DEL GOBIERNO DE OBAMA ES DESCONGELAR EL SISTEMA CREDITICIO Y HACER QUE FLUYAN LOS PRÉSTAMOS
Washington.- El gobierno de Estados Unidos planea utilizar 100,000 millones de dólares para disminuir la crisis provocada en el sistema financiero por activos impagos de los bancos, afirmó ayer una asesora de alto nivel del presidente Barack Obama. Christina Romer dijo que el dinero se usaría junto con inversiones privadas y ayuda de la Reserva Federal para adquirir cientos de miles de millones de dólares en deudas cuestionables del estado de cuentas de los bancos. La meta es descongelar el sistema crediticio y hacer que fluyan los préstamos nuevamente, agregó Romer al hablar en el programa “State of the Union” de la cadena de televisión CNN. La estrategia es una pieza más del plan gubernamental para revivir la economía colapsada, dijo Rome. La asesora dijo que no espera que el anuncio, previsto para el lunes, causará el mismo desplome en el mercado de valores que ocasionó el mes pasado el comentario original sobre el plan por parte del secretario del Tesoro, Timothy Geithner. Obama analizó ayer con sus asesores, en la residencia campestre de Camp David, los planes de su gobierno para reformar el sistema financiero de Estados Unidos, que se halla en su crisis más grave en décadas. La última semana fue muy difícil para el gobierno, que se puso a la defensiva tras revelarse que se habían pagado millones de dólares en bonificaciones a ejecutivos de American International Group, una empresa financiera y de seguros que estuvo a punto de colapsar y sólo se salvó tras recibir cuatro paquetes de rescate por un total de 170,000 millones de dólares. Se espera que este lunes el gobierno informe de sus planes para aliviar la situación en los mercados crediticios. El martes, Obama explicará en una conferencia de prensa sus planes, en un intento por recuperar la ofensiva para su ambiciosa agenda. Sus asesores dijeron que el presidente desea usar la peor crisis económica desde la Gran Depresión de la década de 1930 como trampolín para reformar la salud pública, la energía, la educación y la política impositiva.