CUBA
Lage y Pérez Roque dicen adiós al ‘anillo’ de Castro
LOS DOS EX FUNCIONARIOS EXPRESARON SU “ARREPENTIMIENTO” A FIDEL
LA HABANA.- El ex vicepresidente cubano Carlos Lage y el ex ministro de Exteriores Felipe Pérez Roque renunciaron a todos sus cargos en instituciones estatales y en el gobernante Partido Comunista, según cartas casi idénticas que publicó ayer el diario oficial Granma. Las cartas están dirigidas al presidente de Cuba y segundo secretario del Partido, general Raúl Castro, quien los destituyó el lunes pasado, y en ellas ambos reconocen “errores” cometidos y asumen su “responsabilidad”, en términos muy similares. “Compañero Raúl: Me dirijo a usted para renunciar a mis cargos como miembro del Comité Central del Partido Comunista y de su Buró Político y a mi condición de diputado, miembro del Consejo de Estado y vicepresidente del Consejo de Estado”, dice la carta de Lage, fechada el martes, un día después de que se anunciara su separación de la secretaría del Consejo de Ministros. Pérez Roque, a su vez, renuncia a ser miembro del Consejo de Estado, diputado de la Asamblea Nacional e integrante del Comité Central del Partido. “Reconozco los errores cometidos y asumo la responsabilidad. Considero que fue justo y profundo el análisis realizado en la pasada reunión del Buró Político”, dice Lage. El ex vicepresidente asegura que el mandatario cubano puede estar seguro de que su “nuevo puesto de trabajo”, que no especifica, será “una oportunidad para seguir sirviendo a la revolución”, y que siempre, como hasta ahora, será “fiel al Partido, a Fidel (Castro) y a Usted”. Raúl Castro los separó de sus cargos por sorpresa, dentro de una reorganización del gabinete. FIDEL: EL ENEMIGO SE ILUSIONÓ CON ELLOS. El martes, sin nombrar a Lage ni Pérez Roque, Fidel Castro escribió en un artículo que “la miel del poder por el cual no conocieron sacrificio alguno despertó en ellos ambiciones que los condujeron a un papel indigno”. “El enemigo externo se llenó de ilusiones con ellos”, explicó el ex gobernante en su columna “Reflexiones”, que no causó menos sorpresa que la destitución, dado que a ambos se les consideraba hijos políticos suyos: “Ninguno de los dos mencionados por los cables como más afectados pronunció una palabra para expresar inconformidad alguna. No era en absoluto ausencia de valor personal”.