Ex rehén de FARC dice que no mentirá por hacer feliz a Betancourt
BOGOTA.- Keith Stansell, uno de los tres estadounidenses que permanecieron secuestrados por las FARC durante más de cinco años y medio, aseguró que "no se va a convertir en un mentiroso" para hacer feliz a la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, en una entrevista con el diario colombiano "El Tiempo". Stansell, Marc Gonsalves y Tom Howes lanzaron esta semana el libro "Out of Captivity", una polémica publicación en la que hablan del mal trato que recibieron de Betancourt cuando compartieron cautiverio, de las supuestas relaciones sentimentales que se dieron entre secuestrados, y otros detalles de su retención. "No se moleste conmigo porque digo la verdad. Si ha hecho algo que quiere ocultar, es su problema (...) No me pida que, simplemente para protegerla, oculte algo que usted hizo, porque eso me convertiría en un mentiroso. No lo haré. Cada uno tiene diferentes opiniones al respecto, pero lo que está en el libro es la verdad, una verdad en la que los tres estamos de acuerdo", dijo Stansell. El contratista estadounidense manifestó que no le gustó que cuando la guerrilla los llevó al campamento en el que se encontraba Betancourt, ésta hubiera expresado su disgusto por su llegada. "Lo que no me gustó es que un rehén, que se cree está de nuestro lado, haya cruzado la línea y haya acudido a la guerrilla para perjudicar a sus compañeros. Eso algo que no aprecio", agregó. Por su parte, Golsalves, quien mejores relaciones tuvo con la fanco-colombiana Betancourt, manifestó que la atracción que sintió por la política no fue romántica, sino que se trató de un acercamiento hacia alguien diferente con quien poder hablar durante el cautiverio. "Durante los primeros años de secuestro, en realidad no tuve la oportunidad de conocerla, así que cuando en 2007 nos reunieron nuevamente con el grupo donde estaban los políticos, fue como encontrar a una persona completamente nueva. Ese fue un placer especial, tanto para ella como para mí. Con Tom y Keith ya nos habíamos contado la historia de nuestras vidas como 10 ó 15 veces"", manifestó. Golsalves calificó a Betancourt como una "conversadora fascinante, tenía nuevas historias y era alguien muy entretenido, alguien muy agradable con quien compartir". "Creo que ella se sintió de la misma forma sobre mí. Disfruté su presencia. Pero fue algo que la guerrilla no aprobó. Cuando vieron nuestra cercanía inmediatamente nos prohibieron hablar y después nos separaron físicamente", precisó. El ex rehén de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) narró igualmente que una serie de cartas que Betancourt escribió sobre sus sentimientos hacia él se quedaron en la selva cuando resolvió quemarlas. De otro lado, Howes afirmó que decidieron sacar el libro lo más rápido posible, luego de haber sido rescatados en un operativo de militares colombianos el 2 de julio del año anterior, porque querían hacer coincidir el lanzamiento del texto con el aniversario del accidente de la avioneta en la que se movilizaban cuando fueron secuestrados por las FARC el 13 de febrero de 2003. Los tres extranjeros justificaron su silencio tras el rescate, en el que también fue liberada Betancourt y once uniformados, porque querían estar con su familia y consideraban que no estaban "balanceados" ni contaban con el "equilibrio" para dar declaraciones a la prensa. "Hablamos alguna vez de lo que llamamos "diarrea de la boca" y hemos visto a ex rehenes que simplemente pierden el control y no paran de hablar con los medios (...) Para nosotros era más importante volver a nuestras familias", manifestó Stansell. "Cuando alguien recién liberado empieza a hablar, corre el riesgo de cometer muchos errores, porque está lleno de emociones, muchas cosas están pasando al mismo tiempo. Se puede perder credibilidad y no queríamos que eso nos pasara", agregó. Howes, de 55 años, afirmó que fue el único de los tres que pensó en suicidarse durante el cautiverio porque no estaba seguro si por su edad era capaz de soportar más tiempo viviendo en la selva en las condiciones en las que los mantenían los rebeldes. "Si alguien estuvo más cerca de aceptar una bala, ese fui yo", declaró.