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HISTORIAS DE LA VIDA

Influencer de la construcción seca

Un dominicano que triunfa en Perú orientando a la gente sobre el ‘sheetrock’

Tiene más de siete millones de seguidores sumados  en YouTube, Facebook, Instagram y Tik Tok

Tiene más de siete millones de seguidores sumados en YouTube, Facebook, Instagram y Tik TokFuente externa

Antes de irse a Perú en búsqueda de mejoría, Eduardo Luis Moreno trabajó en el área de limpieza de una empresa, fue ayudante de mecánica en el taller de su papá y, como si eso fuera poco, probó suerte como panadero. Ama a su República Dominicana, pero la falta de recursos económicos para ir a la universidad, lo empujaron a irse fuera a probar suerte. Se fue a los 19 años como yudante de obras de ‘sheetrock’ o ‘drywall’ y hoy se ha convertido en un influencer de la construcción seca, con más de siete millones de seguidores.

“Hace 17 años que di ese paso y duré 10 estando ilegal. Al principio fue difícil conseguir trabajo, pero no me daba por vencido. Luché y fui perfeccionando mis conocimientos en el área de este tipo de construcción hasta que Dios me permitió fundar mi propia empresa en esta rama”. Todo iba bien y los clientes aumentaban, pero llegó la pandemia y al dueño de esta historia no le quedó más remedio que cerrar las puertas de la compañía que con tanto esfuerzo había creado.

Nunca se rindió. El encierro por el Covid-19 no fue un obstáculo para Eduardo continuar haciendo esfuerzos para superarse. Sabía que debía comenzar desde cero para sobrevivir, y más, en un país que no es el suyo. No se sentó a lamentarse. “Empecé hacer videos de construcción enseñando a los jóvenes a trabajar, en plena pandemia. Esa idea me abrió las puertas para llegar a miles de personas. En menos de un año, ya tenía más de 200 mil seguidores en Youtube”. Ni él mismo se creía que había logrado esta hazaña cuando todo parecía derrumbarse.

Eduardo le agradece a su madre por su apoyo de siempre, así como a su esposa peruana que ha sido su soporte.

Eduardo le agradece a su madre por su apoyo de siempre, así como a su esposa peruana que ha sido su soporte.Fuente externa

El éxito le sonreía al joven que nunca se negó a realizar un trabajo digno dentro o fuera de su país. “A partir de ahí, mi empresa pasó a ser un negocio digital. Fui el primer youtuber en construcción de ‘Drywall’ en ser viral y fui el primero en recibir placas de youtube en todo Suramérica en mi nicho”. Esto lo enorgullece porque sabe que ha influenciado positivamente a quienes lo siguen.

Un tema poco común y viral

Sus videos se hicieron tan virales en redes que, “me vi obligado a dejar cerrada mi empresa de construcción cuando terminó la pandemia, tenía demasiada demanda de trabajo. Mi situación económica cambió gracias a que mis redes sociales, que estaban monetizadas, me permitieron ganar más dinero que realizando construcciones”. Es un hombre digno de admirar.

Tan bien le ha ido a este dominicano, oriendo de Sabana Grande de Boya, provincia Monte Plata, que tiene su propio estudio y, es en él que graban sus consejos con prácticas que ayuden a sus seguidores a poner en marcha los conocimientos aprendidos y puedan emprender o perfeccionar sus técnicas.

Hijo de un padre mecánico y una madre enfermera, Eduardo robustece su portafolio en las redes. Además de orientar y, bien influenciar, imparte cursos virtuales para que gente de todo el mundo pueda acceder a la experiencia que él tiene en el área de la construcción seca, la que desde hace un tiempo para acá se ha hecho muy popular.

“Económicamente me va muy bien, ya que trabajo con marcas internacionales y nacionales, promocionando herramientas y materiales. De esta forma honesta y con mucha dedicación, he logrado crear tres negocios digitales uno en YouTube, otro en Facebook y mis cursos ‘online’ de sistema de construcción en seco que son de lo más vendidos”. Para él, no hay nada imposible. Lo que hay es gente que no se atreve a dar el paso.

Multa

No todo ha sido color de rosa en la vida del protagonista de hoy. A Eduardo le pusieron una multa de 4,000 dólares por estar ilegal en Perú. El haberse casado con una mujer de ese país y procreado a un hijo, que hoy tiene 13 años, lo ayudó a formalizar su residencia. “Además, me exoneraron la multa por exceso de permanencia, lo que me ayudó a poder regresar a mi República Dominicana, después de 13 años sin ver a mi familia”. Ahora viene frecuentemente al país.

“Ni en mi peor momento fuera de mi país, me di por vencido”

Eduardo Luis Moreno ya tiene 36 años. El joven de Sabana Grande de Boya está claro en que en su amada tierra no iba a lograr tanto. “En República Dominicana, lamentablemente, la mayoría de jóvenes de hoy en día no quiere estudiar, al menos en mi barrio, veo que ellos sólo piensan en beber, en el dembow y fiestas, y eso no es lo mío”. No lo dice para criticar, sino para reconocer la realidad latente que suele influenciar a los muchachos y a las muchachas de los sectores más vulnerables, de donde él también viene.

Este hombre que hoy goza de una buena posición económica, que tiene su casa, vehículos de lujo y solvencia para viajar y hasta pasarse dos meses aquí, en su país, cree en el potencial de los jóvenes dominicanos, más no confía en la fuerza de voluntad que deberían tener para trabajar por sus sueños hasta alcanzarlos.

“Lamentablemente, muchos jóvenes de mi país están mal influenciados por quienes se hacen llamar influencer, pero que sólo saben crear un contenido local y a veces inadecuado, que en realidad, no nos enseñan nada”. Eduardo está más que claro en que la mejor forma de aportar a una sociedad de valores, es teniendo una influencia positiva y con principios.

Viene de una familia en la que la formación es vital. Él como sus tres hermanos, aunque con una vida modesta, recibieron buena educación de hogar. De hecho, en la distancia, Eduardo siempre recibió su apoyo. “Mi mamá nunca me dejó de ayudar durante esos tiempos difíciles que pasé. Se lo agradezco en el alma”. Hoy, al parecer, ha sabido retribuirle a ella y a su familia el espaldaraso recibido en momentos de doficultad en un país ajeno.

Y hablando de agradecimiento, el dueño de este relato, también aprovecha para expresar cómo su esposa peruana, lo ha apoyado a lo largo de esta travesía. “No tengo cómo pagarle el que haya estado conmigo desde el principio”. Ese respaldo le ha permitido asumir un mayor compromiso para no defraudar a quien tanto ha confiado en él.

Consumir contenido de calidad

Conversar con Eduardo y ver el alcance que tiene en sus redes y el respeto que se ha ganado como influencer de la construcción seca, llevó a que se le pidiera un mensaje para los jóvenes dominicanos. No lo dudó. “Les recomiendo dejar de consumir contenidos de esos que no ayudan en nada. Desde mi experiencia les puedo decir que lo mejor que pueden hacer es tratar de aprender un trabajo técnico que les permita ofrecer un servicio que la gente necesite, para que se ganen la vida de forma independiente y honrada”. Especifica que se refiere a los que no tienen oportunidades de crecer como le pasó a él.

“Yo vengo de un pueblo muy lejano, de una familia pobre, pero que gracias a los valores que me enseñaron mis padres y abuelos, y gracias a los deseos que tenía de aprender algo para ganarme la vida, hoy he logrado conseguir todo lo que quería en la vida, y lo he hecho sin faltarle a esa crianza que me dieron”. Es bonito saber esto y conocer el orgullo con que lo dice.

No pierde el chande de reiterar que salió del país a los 19 años a trabajar como ayudante de obras de ‘sheetrock’ o ‘drywall’ porque no tenía los recursos para ir a la universidad cuando terminó la secundaria. Esto no fue obstáculo. Perfeccionó lo aprendido y emprendió en Perú. “Hoy día, como influencer, trabajo con varias marcas de herramientas internacionales (panel Rey, Promart y diferentes tiendas)”. El contenido lo producen en el estudio de grabación que tiene.

Le encanta venir a República Dominicana, con su familia. “Viajo todos los años y me quedo dos meses allá, visitando lugares turísticos, comiendo frito con salami, disfrutando de las playas, sin duda el mejor país de mundo”. Así lo siente aunque en aquí, no encontró la oportunidad de crecimiento que tanto buscó.

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