Vida Verde

ENCUENTRO VERDE

República Dominicana: buena gestión en información ambiental

La Dirección de Información Ambiental del Ministerio de Medio Ambiente, que dirige Mariana Pérez, habilitará en 2024 una plataforma de consulta en línea para los usuarios

Mapa del uso y cobertura de la tierra en República Dominicana para el año 2003.

Yaniris Lópezyaniris.lopez@listindiario.com
​Santo Domingo

En materia de información ambiental relacionada con el registro de sus recursos naturales, uso de suelo, datos geográficos, mapeo y biodiversidad, República Dominicana tiene muy buenas calificaciones.

Una de las encargadas de lograr estos resultados, la geógrafa Mariana Pérez, ha visto nacer y crecer un área que, de la mano de la tecnología, garantiza el inventario del patrimonio natural.

Como directora de la Dirección de Información Ambiental del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MMARN) desde su creación hace 23 años, Pérez destaca el valor de la data aplicada al uso de suelos, los planes de reforestación, la agricultura y el manejo de las áreas protegidas.

“Iniciamos de manera muy insípida con lo que eran los temas de recursos naturales, los temas de biodiversidad y temas vinculantes (sismos, inundaciones o incendios forestales)”, dice Pérez durante su participación como invitada al último Encuentro Verde de LISTÍN DIARIO de este año.

El éxito en la recopilación de información, resalta, se debe al trabajo de un equipo técnico que se ha mantenido a lo largo de los años avanzando en conocimientos y en el uso de tecnología.

Yvonne Arias, coordinadora del Encuentro Verde de Listín Diario, Mariana Pérez Ceballos y Antonio Ramos Barletta, coordinador de Educación Ambiental y Conservación de la fundación Propagás.ALEXANDER MORA

Como parte de sus asignaciones, el equipo que se formó en Cartografía en el Instituto Militar de Panamá en los años 80, dirigido por militares estadounidenses, elaboraron el primer mapa de uso y cobertura de la tierra de República Dominicana.

Para entonces, dice Pérez, se usaban los equipos del momento, como los estereoscopios, para analizar las fotografías aéreas.

“No se hablaba de satélites: eran aviones especiales que hacían vuelos y tomaban fotos a escala 1: 40; es decir, un píxel (fotografía) cada 40 metros”. Las fotos se unían y de esta forma se conseguía una panorámica.

Recuerda el uso de papel de cebolla para dibujar el contenido de las fotografías panorámicas.

“Ibas dibujando todo lo que se veía a través de ese estereoscopio: los ríos, las quebradas. Más tarde vino un equipo que se llamaba pantógrafo, con unos lentes muy grandes, que ayudaba en esa parte. Las mesas de dibujo se usaban mucho, les ponías luz debajo y así ibas viendo lo que ibas a copiar”.

En ese momento, el departamento de inventario de recursos naturales funcionaba en la entonces Secretaría de Agricultura como parte de la Subsecretaría de Recursos Naturales.

La directora de Información Ambiental del MMARN afirma que los organismos internacionales están exigiendo que se usen las informaciones georreferenciadas en los informes.istock

Ese primer mapa de uso y cobertura de la tierra publicado en 1986 con imágenes aéreas tomadas en 1984 es todavía una referencia en materia ambiental.

En 1996, con el apoyo y la asistencia de la entonces Cooperación Técnica Alemana (GTZ) y la organización suiza Helvetas, se obtuvieron las primeras imágenes de satélite.

Con el Landsat, explica Mariana, se obtenía una resolución espacial de 30 metros.

A este nivel, las clasificaciones del suelo ya incluían cobertura boscosa clasificada en bosque latifoliado, bosque de coníferas, bosque seco y bosque de manglares.

El primer registro oficial con imágenes satelitales indicaba que el país contaba con 27.5% de cobertura boscosa. Para 1984, con los rangos de errores de las fotografías aéreas, se estimaba que la cobertura ocupaba el 13.5% del territorio.

Mariana Pérez es coautora del Atlas de Biodiversidad y Recursos Naturales de República Dominicana.

Los nuevos estudios a partir de imágenes satelitales permitían evaluar los cambios y las tendencias en ocupaciones y uso de suelos.

Ya para el año 2003, tres años después de creada la Secretaría (luego Ministerio) de Medio Ambiente, se fueron agregando nuevas clasificaciones, como los cultivos emergentes de exportación de aguacate y mango. Anteriormente, estos no se habían considerado “porque no existía una cobertura importante”, sigue Pérez.

Las informaciones continuaron desagregándose y los cultivos anuales ya se clasificaban por sus nombres: piña, cítricos, palma africana…

“Y así fuimos evolucionando en el tiempo. Las imágenes de satélite llegaban con menos nubosidad, de mejor calidad”.

El primer atlas de recursos naturales de República Dominicana se publicó en 2004, durante la gestión de Frank Moya Pons al frente de la todavía Secretaría de Medio Ambiente. El siguiente atlas, del que Mariana Pérez es coautora, se publicó en 2012 con datos sobre biodiversidad. Era la gestión de Ernesto Reyna.

AVANCES EN EL INVENTARIO

El objetivo de los estudios de suelo era obtener información sobre la cobertura boscosa y no tanto recopilar información sobre zonas agrícolas o de pastizales, comenta Mariana.

Los sensores y los sistemas de información geográfica (GIS) llegaron también para hacer su aporte en la data ambiental.

Mapeo de la naturaleza. El Mapa de las Áreas Esenciales de Soporte a la Vida (ELSA) es una plataforma para uso del Ministerio de Medio Ambiente desarrollada en 2021 con el apoyo del PNUD.

Hoy día, indica Pérez, todas las capas sobre uso de suelo y biodiversidad están prácticamente mapeadas y georreferenciadas.

“Eso nos permite hacer análisis entre diferentes variables, como un cruce con la capacidad productiva de los suelos; es muy importante para nosotros tener esos datos históricos y los datos actualizados, porque ese mapa no solo me dice que tenemos tanto por ciento de cobertura boscosa, sino que me dice dónde se ha ganado y dónde se ha perdido”.

Uno de los resultados de estos trabajos son los mapas de conflicto de uso de suelos, es decir, “si el suelo de vocación forestal está siendo usado para agricultura, o si el suelo que tiene capacidad productiva para agricultura lo estamos usando como bosque”.

Un mapa de este tipo presenta solo tres resultados: conflicto por sobreexplotación del suelo, conflicto por subutilización del suelo y uso adecuado del suelo.

“Los dos primeros tienen un impacto ambiental, porque si subutilizamos el suelo que es de vocación agrícola y lo usamos para cobertura boscosa, ¿dónde se va a producir la agricultura, en la montaña?”.

ÚLTIMOS ESTUDIOS: NO MUY BUENAS NOTICIAS

Pérez adelanta que en el estudio más reciente sobre uso de la tierra y cobertura forestal, correspondiente al 2022 (pendiente de publicación), los mapas indican que el área de pastizales está creciendo de manera descontrolada.

“La cobertura de pasto ha aumentado. De un 16% del territorio nacional que teníamos en el año 2012, estamos en un 27%, solo de pasto para ganadería. Eso ha desplazado zonas agrícolas y también zonas cafetaleras”.

El estudio también registra que la cobertura forestal del territorio nacional, que pasó de 32% en el 2003 a 39.7% al 2012, es ahora de un 38%.

Alta resolución. Para este último estudio se usaron imágenes de satélite Planet con una resolución de 5 metros y, como herramienta complementaria, imágenes de Google Earth.

“Planet tenía un costo bastante alto en el mercado, pero a través de la agencia GIZ la adquirimos en el año 2019”, apunta Pérez.

“La información tiene poder. Antes se decía que el que tiene poder es el que tiene la información. No. El que tiene poder es el que sabe utilizar la información. Ahí es que está el poder. No en tenerla o tenerla engavetada. ¿Qué poder da eso? Es saberla utilizar”.

Mariana Pérez

Especialista en ordenamiento territorial y manejo de recursos naturales, Pérez señala que el trabajo que se hace en el departamento que dirige es primordial en la planificación del territorio y el ordenamiento territorial, más que para fines de registro solo para el Ministerio de Medio Ambiente.

“Se ha logrado mucho porque el Ministerio siempre ha contado con asistencia técnica. No creo que hayamos perdido tiempo en ese sentido, la tecnología no ha llegado tarde en esta parte. Y cuando no teníamos las herramientas de sistemas de información geográfica se hacían inventarios de especies, de flora, de fauna, y se crearon criterios para su manejo”.

APORTES EN LA DETECCIÓN DE INCENDIOS FORESTALES Y PLAGAS 

Otro punto en el que destaca la tecnología es en la detección de incendios forestales.

“Cada 24 horas recibimos los puntos de calor, para eso se usa un satélite MODIS (Terra y Aqua), desde Estados Unidos; aunque es libre y lo puede usar todo el mundo, tenemos un contacto directo que nos permite procesar esos puntos de calor rápidamente. Antes de las 9:00 de la mañana ya están georreferenciados y sabemos rápidamente cuáles caen dentro de las áreas protegidas. Se generan los mapas y se envían a los viceministerios de Recursos Forestales y de Áreas Protegidas, al COE, al encargado del Programa Nacional de Manejo del Fuego y a los asistentes técnicos del ministro”.

“Nosotros producimos datos y producimos información -sostiene Pérez-. Los datos hay que llevarlos a información, que los que toman decisiones puedan manejarlos, digerirlos y medirlos, porque no se pueden quedar en datos, y eso se consigue usando los sistemas de información geográfica y software de modelación de escenarios”.

RECOPILAR IMÁGENES

Pérez representa a República Dominicana en la alianza intergubernamental Grupo de Observación de la Tierra (GEO) que tiene entre sus objetivos liberar imágenes de satélite para diferentes fines.

“El aire se puede monitorear con satélite, también las plagas en la vegetación, para ver hacia dónde se está propagando. Cuando el tema de la mosca africana, que entró por el Este, se monitoreó su avance con satélites, y la contribución de nosotros en esa situación fue el mapa de uso y cobertura de suelo, que permitió a las autoridades de Sanidad Vegetal crear barreras para frenarla”.

Las imágenes de satélite también permiten hacer análisis de severidad cuando suceden grandes incendios como el ocurrido este año en el Parque Nacional Valle Nuevo.

“El acceso a la información por parte de la ciudadanía facilita la incorporación de más ciudadanos a la defensoría sobre bases reales producidas por el mismo Gobierno y ayudaría a la conservación a través de la defensoría, la veeduría y la vigilancia”.

Yvonne Arias, bióloga

“Pudimos determinar las áreas quemadas y dividir la afectación en tres niveles: medio, alto y bajo y determinar, además de las áreas quemadas, hasta donde llegó la afectación no solo de la flora sino de la fauna del lugar, porque ya tenemos toda la información georreferenciada”.

Gracias a la buena gestión en la generación de data, la cartera recibe apoyo de agencias internacionales en software y licencias.

LOS DATOS, AFUERA

“Estamos bien en información y en tecnología también; lo que nos resta es sacar esa información hacia afuera, la información está en los servidores del Ministerio y la utiliza el Ministerio de Planificación y Desarrollo para los planes provinciales y municipales y también para la Estrategia 20-30”.

Sin embargo, Pérez agrega que los organismos internacionales están exigiendo que se usen las informaciones georreferenciadas en los informes.

“Hoy día se va creando esa cultura de utilizar la información porque es cierto que por años hemos venido produciendo información que por lo general se utiliza muy poco y todavía se siguen repitiendo cosas de los años 60 y 70, cuando no había tanta tecnología”.

DOS HERRAMIENTAS PARA LOS USUARIOS

El departamento de Información Ambiental desarrolla en estos momentos dos sistemas dirigidos al público: un portal de estadísticas ambientales “amigable” que se sumaría a las informaciones ofrecidas en los boletines trimestrales y a la data colgada en el portal del Ministerio donde ofrecen informaciones sobre áreas protegidas y los mapas en formato PDF de las 131 unidades del sistema nacional de áreas protegidas; y un software interactivo que promete cambiar el modo en el que el usuario consulta y recibe la información.

Este último se trata de una plataforma interactiva que permitirá hacer consultas sobre un área específica del territorio a través de la solicitud de información o introduciendo las coordenadas.

En sustitución del sistema de información geográfica SIG-NEPAssist, en esta plataforma “podrás saber si el polígono al que entraste está dentro de un área protegida o si cae dentro de la zona de amortiguamiento, si hay aguas subterráneas o ríos próximos” o si está a menos de 30 metros de una corriente fluvial, adelanta Mariana.

La aplicación generará un informe con datos de todas las capas que el usuario active.

“Tenemos disponibles 17 capas, desde aguas subterráneas y áreas protegidas hasta zonas de amortiguamiento o capacidad productiva del suelo”.

Estas informaciones serán de gran ayuda para el público, estudiantes, investigadores e inversionistas.

“Si vas a invertir, antes de hacerlo podrás saber lo que hay ahí. Puedes estar en Japón o Corea y si quieres invertir aquí y te están vendiendo una propiedad podrás saber si está por ejemplo dentro de un humedal, o en un cementerio. Solo entras, pones las coordenadas y haces la consulta. A la misma Jurisdicción Inmobiliaria, antes de emitir un título de propiedad, le servirá hacer esa consulta”.

Se espera que la herramienta de consultas, una iniciativa propia de Información Ambiental, esté lista para el primer trimestre del 2024.

DE INTERÉS

Hace falta más investigación


Abordada por el ecólogo Antonio Ramos Barletta, de la fundación Propagás, sobre cómo ve el país en materia de investigación de cara a los retos que representa el cambio climático, Pérez considera que sí se necesita ampliar y fortalecer las investigaciones.

“Con este tema tengo una opinión muy particular, en el sentido de que cuando pensamos en investigación desde el Gobierno, desde las instituciones públicas, pensamos que los centros académicos son los responsables de la investigación y no es así. Ellos podrían venir a reforzar o a complementar, pero las instituciones estatales tenemos la responsabilidad de hacer investigación porque para poder tomar buenas decisiones tenemos que estar bien informados, y para estar bien informados se necesita la investigación. Eso no podemos delegarlo solamente en los centros académicos cuando nosotros somos los responsables de tomar decisiones; y esos vacíos que nosotros identificamos como funcionarios estatales tenemos nosotros que llenarlos”.

Para esto, dice, falta tener una política de investigación y, ese sentido, asegura que el ministro Miguel Ceara Hatton se ha preocupado y ha visto la necesidad de fortalecerla.

“El Ministerio, a lo largo de 23 años, no ha tenido una dirección o un departamento de investigación. A raíz de la llegada del ministro actual eso está en el organigrama, con la creación de la Dirección de Sostenibilidad e Investigación del Viceministerio de Cambio Climático y Sostenibilidad”.