DESARROLLO COMUNITARIO
Apicultura en Las Calderas
La miel ‘perfila’ el desarrollo de esta comunidad sureña, con la inauguración del centro de extracción y acopio de miel de la asociación de apicultores.
Una miel oscura ámbar de altísima calidad se produce en la comunidad Las Calderas y zonas cercanas, en el suroeste de la provincia Peravia, desde hace más de 100 años.
Hace apenas dos días, sin embargo, dejó de ser exclusiva de este lugar y con el nombre Miel Las Calderas se lanza a conquistar el paladar de los dominicanos.
El estímulo llegó con la inauguración, el pasado martes 24, del centro de extracción y acopio de miel de la Asociación de Apicultores de Las Calderas (Apideca), como parte de un proyecto en el que participan la comunidad, el Consorcio Ambiental Dominicano (CAD) y la organización ecologista Seacology.
NACE UN PRODUCTO DE ORIGEN
Aunque el lugar es conocido por sus paisajes y actividades económicas asociados al Monumento Natural Dunas de Las Calderas, su astillero, salinas y base naval, sus habitantes se dedican también a la crianza de chivos y a la apicultura.
“En este escenario de agua y desierto, desde el punto de vista económico y biológico Las Calderas tiene una gran importancia en la actividad apícola, porque en estas dunas hay una vegetación única y especial”, explica Sésar Rodríguez, director ejecutivo del CAD.
El agrónomo resalta que el proyecto nació cuando once apicultores decidieron organizarse y hacer un proyecto para mejorar sus actividades productivas.
“Y coincidió que Seacology, la organización con sede en California que trabaja en la conservación de los manglares y la biodiversidad de las islas, le interesó esta iniciativa y la apoyó económicamente. Nosotros, a través del CAD y fortaleciendo una organización local que se llama Reforestación Baní, les damos la asistencia técnica y empezamos el proyecto de capacitación para mejorar sus emprendimientos. Tenemos cerca de un año y medio preparándolos en capacitación”.
Esta formación garantiza que la actividad se realiza bajo estándares de calidad e inocuidad y con un fuerte enfoque en la conservación ambiental.
ACTIVIDAD CENTENARIA
Los apicultores de Las Calderas manejan proyectos apícolas de entre 30 y 230 colmenas.
Teófilo Soto Martínez (Fofo), el apicultor más longevo, dice que brega con abejas desde su nacimiento, hace 83 años, y que la práctica la heredó de su abuelo y de su padre.
Entre la vegetación única del bosque seco, Fofo señala que son muy melíferas las especies de saona, guayacán, olivo, uva de playa, cuchinilla, palo bellaco, almácigo, bayahonda, baitoa, mangle y maguey.
“La flora nuestra es verdad que se da en un área muy seca, pero en los tiempos de floración, cuando llueve, vaya a ver. El maguey dura como un mes con flores, y la saona es de las mejores porque su floración es de las que más dura, le damos prioridad a ese ábol”, agrega Alex Melo, uno de los jóvenes apicultores, mientras conversaban con Listín Diario.
Esta es la zona del país que cuenta con más árboles melíferos, considera Melo, “porque si tenemos 25 especies de árboles, 20 de ellos son melíferos”.
¿Y qué tal la producción de miel? El apicultor Bienvenido Perdomo expresa que todo depende de la floración; en una buena temporada él ha llegado a producir entre 18 a 20 tanques de miel (55 galones) en dos apiarios donde maneja 230 colmenas.
La temporada principal se da en primavera, de abril a junio.
PROTEGER LA VEGETACIÓN
De solicitar algo a las autoridades, los apicultores piden que los ayuden con la protección de los árboles.
“Lo que queremos es que esta generación de apicultura no desaparezca; que sepan de la importancia que tiene esta zona de dunas en la apicultura desde hace tanto tiempo, aunque su producción no es muy conocida. Antes estábamos desunidos pero Seacology nos dio orientación y apoyo con los equipos, vino a juntarnos y a darnos fuerza para nosotros, ahora sí, dar a conocer la importancia que tienen los apicultores y esta zona aquí con la miel”, comenta Álex.
DEL LOCAL. El centro de extracción consta de una sala para recibir las alzas de miel, espacios para la extracción y envasado, almacén y baño. Está equipado con extractor eléctrico, dos tanques de almacenaje y decantación de la miel, bandeja de desopercular y otros instrumentos. Ofrecerán los productos envasados en galones, tanques o barrica. “Como quiera el cliente”, sostiene Perdomo.
Además de vender el producto, el centro funcionará como una especie de museo donde los visitantes aprenderán sobre el proceso de producción de la miel, su extracción, envasado y los utensilios que se usan con este fin.
Aunque parezca un proyecto modesto en una comunidad modesta, Leida Buglass, representante de Seacology en República Dominicana, señala que eso es exactamente lo que le interesa a la organización ecologista.
“Seacology no piensa en grande sino en cosas claves, y las cosas claves nunca son grandes: son pequeñas, son estratégicas. Aquí había ya algo formado, personas que ya trabajaban con las abejas y personas que estaban muy preocupadas por los manglares. Sumamos dos más dos y nos da este resultado”, dijo Buglass a Listín Diario.
“Nosotros creemos en la gente. La conservación solo se da si la gente quiere, si la gente está concientizada, si la aprecia y si le ayuda en su medio de vida, porque no podemos conservar sin pensar en los medios de vida de la gente. La conservación y la proporción hacia los medios de vida son dos cosas que van en conjunto. No existe desarrollo sin conservación y no hay conservación sin desarrollo”, indica.
Alex Melo, apicultor, sobre la protección de las dunas:
“Las autoridades ya son conscientes de todo lo que pasamos, queremos que a través de ellos, que tienen las leyes en las manos, la apicultura no desaparezca porque no es solo las abejas que van a desaparecer, es la flora de aquí, y la fauna, porque la vegetación en las dunas es la número uno en depredación. Nos interesa, como apicultores, que esa vegetación prevalezca por años y años, que tomen cartas en este asunto y nos den apoyo para seguir produciendo nuestra miel”.
VISITA. La inauguración del local de Apideca recibió mucho apoyo de comunitarios, instituciones gubernamentales, fundaciones y grupos juveniles que trabajan en proyectos ambientales y ecoturísticos.
Como parte de este compartir, el grupo visitó el apiario de Ramón Mena (Morenito), en Las Calderas Abajo.
Mena mostró a los visitantes las técnicas que usa para mantener una buena producción de miel incluso en tiempos de crisis y enseñó con orgullo la tapa de una caja de colmena de 70 años, elaborada con madera de cedro. El apiario tiene 45 años y es una herencia familiar.
“Vengo a enamorarme de esto todos los días”, confiesa Mena.
Compromiso con el ambiente. Los apicultores no solo se asociaron para producir miel, asegura Sésar Rodríguez, sino para defender el patrimonio natural de la comunidad, como los manglares y cuerpos de agua. De esta forma, realizaron un acuerdo de compromiso de cuidar el medio ambiente y de manera especial el monumento natural.
Ahora comienza el proceso de la comercialización, de colocación de la miel Las Calderas en el mercado y la organización de rutas ecoturísticas para conocer la iniciativa, informa don Sésar Rodríguez, del Consorcio Ambiental Dominicano (CAD). De momento, hay miel disponible en Apideca y también en el CAD.