Llega la temporada de ballenas jorobadas en Samaná; descubre el costo y otras curiosidades

La Bahía de Samaná se prepara para dar la bienvenida a una de las temporadas más emocionantes y esperadas por los lugareños y turistas que visitan la zona; el avistamiento de las ballenas jorobadas.

Cada año, cientos de estos cetáceos dejan atrás aguas del Atlántico Norte para viajar hasta las cálidas aguas del trópico, donde llegan a reproducirse y parir a sus ballenatos, los cuales requieren alimentarse y crecer para poder defenderse de depredadores naturales cuando abandonen la bahía.

La temporada de ballenas jorobadas en este 2025, dará inicio el próximo miércoles 15 de enero y se espera que culmine a finales de marzo, cuando los mamíferos dejen las cálidas aguas.

Por tres meses, la Península de Samaná y sus aguas aledañas se transforma en el escenario de este espectáculo de la naturaleza, convirtiéndolo en uno de las mejores ubicaciones en el mundo para la observación de ballenas jorobadas.

Las embarcaciones autorizadas por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales se alejan a unos kilómetros del pueblo para trasladar turistas a observar las ballenas yubartas, las cuales suelen sacar sus colas, dorsales hasta saltar.

Esta es una experiencia única e inigualable, donde en ocasiones se podrá observar ballenas solitarias y otras con sus crías.

De acuerdo a cifras del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, el primer trimestre de 2024 un total de 61,558 visitantes se trasladaron hacia Samaná para observas las ballenas jorobadas. De estos, 40,667 fueron turistas extranjeros, lo que representa el 66.1 %, y 20,891 fueron visitantes locales.

¿Cómo ver las ballenas jorobadas?

La manera más común de ver a las ballenas yubartas es en una excursión en lancha o barco autorizados por las autoridades de medioambientales, que navegan hacia el Santuario.

Estas embarcaciones salen desde el pueblo de Samaná o desde el distrito municipal Las Cañitas, en el municipio Sabana de la Mar.

Los precios por disfrutar de esta experiencia van desde RD$2,135 hasta RD$3,660 o más,  por persona, dependiendo de otros beneficios que ofrezca el paquete que ofrece la compañía con la que realizas la excursión. Muchas incluyen almuerzo, refrigerio u otro destino turístico como la isla Cayo Levantado. 

Asimismo, los marineros de las embarcaciones aseguran que los días soleados son mejores para el avistamiento de ballenas, pues estas suelen salir más a la superficie en estas condiciones climáticas. 

Las personas que temen o no pueden observar las ballenas jorobadas desde una embarcación, pueden optar por el Observatorio Terrestre de las Ballenas, el cual se encuentra en la costa sur de la Península de Samaná, en la zona de Punta Balandra.

Bancos de La Plata y Navidad

Con el propósito de proteger y conservar la vida marina, en 1986 se creó el Santuario de Mamíferos Marinos Bancos de La Plata y Navidad, el área marina protegida más grande del país y el primer santuario de mamíferos marinos creado en el Océano Atlántico de 50,000 km2, que también recibe delfines, manatíes y orcas.

Asimismo, el Gobierno dominicano amplió en un 30 % la protección del espacio marítimo, mediante un decreto firmado por el presidente Luis Abinader el 11 de abril de 2024, además de crear el Santuario Marino Orlando Jorge Mera.

Las autoridades medioambientales estiman que un 80% de la población total de ballenas jorobadas del Atlántico Norte ha nacido en el espacio marítimo dominicano.

Datos sobre las ballenas jorobadas:

Son las más acrobáticas entre este tipo de cetáceos y frecuentemente realizan saltos fuera del agua.

La cría de las ballenas, el ballenato, consume hasta 50 galones de leche por día, lo que equivale a 800 biberones de leche para niños.

Una ballena madura llega a pesar de 30 a 40 toneladas, equivalentes al peso de 800 personas.

Su canto puede ser percibido a una distancia de 20 kilómetros o más.

Sus inmersiones suelen durar entre 15 y 20 minutos, pero tienen la capacidad de permanecer hasta media hora debajo del agua.

Las ballenas jorobadas recorren hasta 5,250 kilómetros cuando migran a sus áreas de alimentación.