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Hacia Colombia: Preparativos e inicio de un viaje

Las aerolíneas de bajo costo dan varias tarifas para viajar con mayor o menor comodidad.

Zona Franca del AILA. Fotos Mariele Ramos Rojas.

Entusiasmada por mi nieta Mariale, decido viajar con ella a Medellín, Colombia. De inmediato busca información en las webs sobre las aerolíneas que vuelan entre dicha ciudad y Santo Domingo. Tengo mis prioridades: volar en horas de la tarde, elegir asiento, llevar equipaje de mano en cabina y facturar una maleta. Tales deseos sumados a los impuestos aumentan con mucho el precio ofertado en las redes.  

Hay días en que lo duplica. Vistos los datos, elegimos Arajet para la ida, con tarifa Extra. (Regresamos por Wingo). Llenamos el formulario dominicano de Migración: (https://e-ticket.migracion.gob.do); y el de Colombia (https://checkmig.co).

Ya en el aeropuerto, en la zona de mostradores de Arajet la fila es larguísima. Mas al haber pagado tarifa Extra nos atienden aparte, en un mostrador prioritario. Hay apenas un par de personas. Me agrada lo moderno y espacioso que hoy día se ve este aeropuerto. Tiene un amplio salón especial para fumadores, y su zona franca no tiene que envidiar a otras en el extranjero. Mariale me sugiere esperar en el Caribe Lounge, pagando el cargo correspondiente. Pero mi tarjeta Visa del Popular nos da la oportunidad sin costo. Las butacas y sofás están ocupados. Nos sentamos a una mesa junto a la zona de comida y algo “picamos”.

Los espacios son más amplios en el AILA con la remodelación.Mariele Ramos

Personas en espera

A la hora oportuna salimos y notamos las numerosas personas que esperan para entrar a este lounge. Al lado está The Sky Lounge, para clientes de otros bancos y líneas aéreas, aunque también se puede pagar para entrar. Un joven junto a la puerta me da las explicaciones y agrega que incluso “tiene ducha”.

En la sala de embarque, una hora antes del vuelo llaman a los viajeros. Es que para este vuelo no hay “finger” (pasarela) y el avión está demasiado alejado en la pista. Subimos al bus diseñado con ese fin. Nos deja ante la escalerilla del avión. Para subir no hay prioridad por haber pagado Extra. ¡Ni modo! Subo a mi paso y con bastón. (Mi nieta Mariale Ramos Rojas tomó las fotos para este artículo en Listín Diario). 

A bordo

Hay un menú a elegir, pagando (en pesos dominicanos, dólares, o tarjeta de crédito). Pedí una sopa de fideos. Trae poquísimo caldo, pero me apetece. La cuchara que facilitan es plana, así que me llevé el envase a los labios y así bebí el escaso caldo que había. No, no me dio vergüenza. La tripulación de cabina ofrece un excelente trato, lo que extraña es que ni piloto ni copiloto se dirigieran por el altavoz a los pasajeros en momento alguno, como es habitual en los vuelos.

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