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En Santo Domingo: Ricos platos de varios países de Asia
Lleva el nombre de una escuela de pensamiento budista, donde prima la meditación y cuya comida se basa principalmente en los vegetales: Zen. Es el restaurante: Zen Kitchen que funciona en Galerías 360 y, si bien en el menú la diversidad de platos es de varios países asiáticos, el nombre zen es atribuido en Japón a la comida saludable. Y de Japón es en gran medida la principal decoración de este local que reproducen forma tal, que parecen reales, sus famosos y bellos cerezos en flor que son todo un espectáculo en cierta época del año, habiéndolos llevado hacia otros lugares del mundo. (Entre estos, Washington, D. C. Estados Unidos y Constanza, República Dominicana). Desde que entré al restaurante, al cual me invitó mi hijo Alexis, fueron la reproducción de los cerezos (sakura es el nombre de la flor) los que atraparon mi atención y casi olvido que vine a comer. Al menos yo, porque Alexis de almuerzo solo “pica”.
Ya sentados a la mesa, lista con sus manteles individuales rojos y dorados que contrastan con las servilletas de color negro en tela, para leer el menú con detenimiento he de ayudarme con el foco del celular porque para mis ojos, de escasa vista, la luz resulta demasiado tenue, aunque para ambientar es agradable. Me detengo en el segmento dedicado al pollo. Ya que estoy en un restaurante que incluye comida zen, me alejaré de los sabores demasiado fuertes y picantes que también ofrece, para ordenar Pollo con brócoli y hongos. (RD$ 475.00). (Es pechuga de pollo salteada al Wok con brócoli y hongos Shiitake en salsa de soya y jengibre). La ración de pollo es abundante, pese a que a primera vista parece escasa, porque viene en el centro muy hondo del plato. La comida en sí es algo sosa, pero se siente saludable. Del jengibre no se percibe el sabor. A la vez, pruebo las entradas que pidió Alexis: Spring rolls (crocantes rollos fritos rellenos de hongos, cerdo y vegetales variados. Muy buenos. A RD$ 199.00). y Dumplings de cerdo y hongos. Estas dos entradas son, a mi entender, de la cocina china.
El postre
Al terminar, decido comer postre en otro local: La Dolcerie Bakery, pastelería que funciona con mesas y asientos en el pasillo cercano. Alexis, en cambio, prosigue hasta Fifi Postres Caseros. Tiene vitrinas, pero no hay asientos. Me compra (para llevar) un pedazo de bizcocho de chocolate. Todos sus bizcochos me gustan… (Mi hijo, Alexis Ramos Brusíloff, tomó las fotos para este artículo en Listín Diario).
En La Dolcerie me decido por un Blondie de dulce de leche caliente que el camarero trae a la mesa. ¡Qué rico!