Turismo

crucero

El crucero de los excesos: El Icon of the Seas se gana la crítica de ser 'un disparate medioambiental'

Esta gran oferta tiene un precio: habrá que pagar al menos 2.029 euros por persona por una semana de crucero por el Caribe.

El crucero de los excesos: El Icon of the Seas se gana la crítica de ser 'un disparate medioambiental'Royal caribbean cruise

355 metros de largo, 20 plantas -un récord-, 46 metros de altura y 250.000 toneladas. El mayor crucero del mundo, el Icon of the Seas, ha superado con éxito sus primeras pruebas de mar frente a las costas de Finlandia, donde se está construyendo. Para finales de año están previstas más pruebas, antes del primer crucero en enero de 2024 desde Miami.

Una infinidad de atracciones

Este monstruo marino que costó dos mil millones de dólares y es cinco veces mayor que el Titanic, promete ser el mayor parque de atracciones jamás construido. Los 7.600 pasajeros podrán disfrutar de seis toboganes acuáticos, siete piscinas, una ola artificial para hacer surf, un minigolf, una pista de hielo, una carrera de obstáculos suspendida sobre el océano, y una multitud de restaurantes y bares. El constructor Royal Caribbean promete a sus viajeros "las mejores vacaciones en familia del mundo" y "los mejores momentos de su vida, varias veces al día".

Esta gran oferta tiene un precio: habrá que pagar al menos 2.029 euros por persona por una semana de crucero por el Caribe. La factura puede ascender incluso a varias decenas de miles de dólares en función del tipo de camarote elegido.

En la prensa británica, un responsable de ventas declaró que la primera salida del Icon of the Seas ya estaba completa, y que un cliente había pagado hasta 94.000 dólares por una suite familiar a bordo.

"Obesidad de sobreturismo"

Mientras que para algunos se trata de un sueño, los ecologistas denuncian las dimensiones del transatlántico. Entrevistada por el canal LCI, Gwénaëlle Ménez, portavoz de Stop Croisières (alto cruceros), señaló que estos transatlánticos tienen un "enorme impacto por los gases de efecto invernadero que emiten, pero también sobre la biodiversidad marina por los residuos que provocan. También afectan a la calidad del aire, lo que alterará la salud de los habitantes de los puertos donde recalan los buques".

"Es un disparate medioambiental", afirmó en el canal BFM TV François Gemenne, autor principal de estudios para el GIEC e investigador en la ciudad de Lieja. "Su huella por pasajero es la más alta del mundo. En este contexto, este tipo de transporte se utiliza simplemente para hacer turismo. Es una exageración, este barco representa un símbolo de sobreconsumo. Es una obesidad de sobreturismo", agregó.

Royal Caribbean se ha defendido afirmando que el Icon of the Seas funcionará con gas natural licuado, más limpio que el fuel, y que lucha contra el uso de plásticos a bordo de sus buques. Sin embargo, el colectivo Yacht CO2 Tracker ha calculado que los motores emitirán 33 toneladas de CO2 por hora. La huella de carbono de los futuros pasajeros del transatlántico se estima en 108 kilos de CO2 por persona y día, lo que equivale a recorrer 450 kilómetros en un coche de gasolina, con un consumo medio de seis litros cada 100 kilómetros.

En Twitter, muchos internautas criticaron la noticia, comparando la contaminación del crucero con los esfuerzos que se le pide hacer a la ciudadanía, como reciclar o ahorrar energía.