Tesoros de la Tierra Santa

Es uno de esos viajes que figura en las listas de deseos de multitudes de viajeros: la Tierra Santa. Considerada sitio de peregrinaciones por tres religiones: cristiana, judía y musulmana, la Tierra Santa es un área geográfica que va del Mediterráneo a la orilla oriental del Río Jordán y abarca no sólo, como muchos piensan a Israel, sino también a los territorios palestinos, el Líbano, y partes de Jordania y Siria. Además de su interés religioso, es imán de viajeros interesados en la historia de la región que vienen en todas épocas del año a visitar a esta cuna de civilizaciones.

Aquí van tres tesoros de Tierra Santa que me han resultado inolvidables en varias visitas a la región a través de los años.

Iglesia del Santo Sepulcro, Jerusalén

Tanto Israel como Palestina han nombrado a Jerusalén como su capital. Una de las ciudades más antiguas del mundo –hay evidencia arqueológica que sugiere que los primeros asentamientos en el área sucedieron del 3000 al 2800 antes de Cristo, y durante su historia la ciudad fue atacada 52 veces y capturada y vuelta a capturar 44 veces–. La ciudad hoy tiene cuatro secciones o barrios: musulmán, armenio, judío y cristiano.

Mi tesoro favorito en Jerusalén es la Iglesia del Santo Sepulcro, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, en la sección cristiana de la Ciudad Vieja de Jerusalén que he visitado en tres viajes a Israel. Una basílica sin igual, que según la tradición data del Siglo IV, abarca en su interior dos de los sitios más sagrados para los cristianos: la colina del Calvario y la tumba vacía de Jesús, donde fue sepultado y donde resucitó. El santuario presente sobre la tumba, llamado edículo, es del siglo XIX. Y desde el siglo XVIII, por medio de un acuerdo, el control de la iglesia se comparte entre varias denominaciones cristianas incluyendo la Iglesia Católica, Ortodoxa Griega y Apostólica Armenia, entre otras.

En el interior de la iglesia, adornado con murales, incluyendo uno de Cristo bajado de la Cruz, y con lámparas y velas, se encuentran numerosas capillas y las últimas cuatro estaciones del Vía Crucis, que representan los últimos momentos de la Pasión de Jesucristo culminando en su crucifixión, y que son una continuación de la Vía Dolorosa de Jerusalén. Una escalera cerca de la entrada lleva al tope del Calvario con una Capilla con un gran Cristo crucificado y la vista de la roca del Calvario, quebrada por un terremoto que ocurrió cuando Jesús murió, según las Escrituras. Cerca de la entrada de la iglesia se encuentra también la Piedra de la Unción donde según la tradición el cuerpo de Jesús se preparó para el entierro. Durante una de mis visitas uno de los fieles, una mujer mayor se arrodilló y frotó la piedra con un paño y un aceite, después de rezar junto a ella –uno de los muchos momentos conmovedores de mis visitas–.

Basílica de la Natividad, Belén, Territorios Palestinos

Esta iglesia en Belén es sitio popular de peregrinaciones particularmente en las Navidades cuando multitudes se dan cita en la Plaza del Pesebre (“Manger Square”) en diciembre ya que está construida en el lugar donde según la tradición, Jesús nació de la Virgen María. Construida en el siglo IV, es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, y cuenta con una estrella de plata en el piso de su gruta que marca el sitio de la Natividad. Comisionada por el emperador romano Constantino el Grande, está en el sitio que su madre, Santa Helena, designó como el lugar de la Natividad. A Santa Helena, por cierto, también se le acredita con encontrar la verdadera Cruz y el sitio de la Crucifixión en Jerusalén.

Tras la destrucción de la iglesia original, la presente fue comisionada por el emperador Justiniano en el siglo VI. Al igual que en el caso de la Iglesia del Santo Sepulcro, las denominaciones cristianas comparten el control de la Iglesia de la Natividad. La entrada de la iglesia, llamada “la Puerta de la Humildad”, es baja y pequeña. El interior cuenta con columnas corintias, mosaicos y lámparas, y a cada lado del presbiterio hay escalones que llevan a su punto de interés principal, la Gruta de la Natividad, ubicada directamente debajo del altar mayor de la iglesia, donde la estrella de plata en el piso marca el sitio del nacimiento de Jesús. La estrella tiene 14 puntas y la inscripción en latín: Hic De Virgine Maria Jesus Christus Natus Est (Aquí de la Virgen María Jesucristo nació). Se encuentra en el piso de mármol de la gruta y está rodeada de 15 lámparas de plata. En el centro de la estrella hay un hueco y se puede tocar la roca donde se dice que la Virgen María tuvo a Jesús. El Altar de la Natividad está mantenido por la Iglesia Ortodoxa Griega; la Iglesia Católica mantiene la sección del Pesebre, frente al Altar de los Reyes Magos.

Durante nuestra visita a la iglesia y a la gruta, coincidimos con un grupo de visitantes de Inglaterra que eran miembros de un coro y al cantar ellos el villancico “Noche de paz” en la gruta varios peregrinos tenían lágrimas en sus ojos.

La Tesorería, Petra, Jordania

Llamada la “Ciudad Rosa,” por las rocas rosadas del área, Petra traza sus comienzos al siglo IV antes de Cristo. Sus ruinas arqueológicas son testigos de la gran metrópolis que fue en la antigüedad y ahora forman parte de las listas de sitios deseados de muchos viajeros modernos. Ubicada a 150 millas al sur de Jerusalén y de Ammán, la capital de Jordania, Petra es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo. Fue fundada por nabateos, miembros de una tribu de árabes beduinos de la región, y era en su apogeo un importante punto y parada en rutas comerciantes en la antigüedad.

Los nabateos desarrollaron un sistema de conductos, presas y cisternas para conservar el agua de lluvia en el desierto y su cultura floreció y creció. Ellos contribuyeron a la belleza de Petra al tallar edificios, monumentos y tumbas de la roca circundante. Entre estos, la Tesorería (Ál-Khazneh en árabe) es el más impresionante y famoso, quizás porque escenas de la película de Hollywood “Indiana Jones y la última cruzada” se filmaron allí.

Se piensa que la Tesorería era el mausoleo y cripta de la tumba de un rey nabateo, pero se le llamó Tesorería porque beduinos del área creían que contenía tesoros. El interior simplemente cuenta con una cámara principal lisa y tres antecámaras. La elegante fachada tiene esculturas de seres míticos asociados con el más allá incluyendo águilas que transportaban las almas al otro mundo y de Castor y Pollux de la mitología grecorromana.

La vista de la Tesorería, divisada a través de una apertura estrecha en rocas rosadas es divina y memorable, sobre todo porque durante nuestra visita varios camellos, que se podían alquilar para pasear por Petra, descansaban frente a ella.