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Aprendiendo a gestionar las emociones en el trabajo

Autoconocerse es fundamental para regular las emociones, relacionarse con los demás y luchar por los objetivos propios

Mujer trabajandoFuente externa

Dejar las emociones fuera del trabajo muchas veces nos resulta imposible y esto acaba afectando a nuestra conducta y, por consiguiente, a nuestro rendimiento. Ofrecemos estos consejos para gestionar nuestras emociones en el entorno laboral.

Sentirnos bien en todos los ámbitos que forman parte de nuestra vida es importante, pero a veces es complicado, sobre todo cuando estamos en entornos tan marcados como el trabajo, por lo que controlar nuestras emociones se vuelve todo un conflicto.

De esta manera, las empresas deben ser consciente de la realidad y apostar por crear espacios laborales que sean seguros y saludables para todos los trabajadores, ya que son un actor esencial a la hora de ayudar a sus empleados a conseguir un equilibrio tanto emocional como laboral.

Cinco consejos sobre emociones en el trabajo

Los departamentos de recursos humanos son los encargados de controlar el equipo de trabajadores, y por lo tanto, es imprescindible que se esfuercen por desarrollar técnicas que ayuden a la confrontación de emociones no constructivas y orientarlas hacia el propio beneficio de los empleados y a grandes rasgos, de la empresa.

Así, los expertos de Cigna ofrecen cinco pautas para que los profesionales de recursos humanos enseñen a sus empleados a controlar las emociones:

La rueda de las emociones. Es importante manejar las emociones, por lo que debemos pensar cómo nos sentimos para poder aceptarlo y trabajarlo, evitando así situaciones de frustración, desmotivación, o incluso depresión.

Describir, expresar, sugerir y concluir (técnica DESC). Esta técnica permite enfrentarse a un problema o situación incómoda de una manera asertiva, llegando finalmente a una solución o acuerdo.

Practicar más a menudo: la técnica del disco rayado

Las personas con baja autoestima y con la necesidad de agradar a todo el mundo, deberían trabajar una técnica que esté centrada en comunicar de manera respetuosa, clara y directa lo que realmente necesitan y repetirlo cuantas veces sea necesario.

Dejar salir el flow interior. Autoconocerse es fundamental para regular las emociones, relacionarse con los demás y luchar por los objetivos propios. Controlar lo que decimos, cómo lo decimos y cómo actuamos es útil para aumentar la motivación y el sentimiento de pertenencia a un grupo.

Pensamiento colectivo. No todas las personas tienen la misma personalidad, por lo que conocer los perfiles de los trabajadores es importante para poder designar las tareas que más encajan con cada uno de ellos y crear un ambiente versátil.

Satisfacción y productividad laboral

Seguir todas las pautas mencionadas puede ayudarnos a mantener una mayor satisfacción y productividad laboral.

La inteligencia emocional, tal y como señala la directora de Recursos Humanos de Cigna España, Ana Sánchez de Miguel, se entiende como la habilidad de reconocer, regular y comprender las emociones en ti mismo y en los demás.

Te ayuda a conectar con otras personas, forjar relaciones empáticas, comunicar de manera efectiva, resolver conflictos y expresar tus sentimientos de manera constructiva.

“Esta habilidad es clave para que los empleados sean capaces de tomar las riendas en aquellas situaciones en las que existe una diferencia de intereses o un conflicto de opiniones”, concluye.