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Fe, actitud y decisión: llave del motor de realización
Un aspecto coincidente con la paz es la fe. Cuando se tiene fe ponderada en valores humanos y espirituales surge el respeto y se deriva un ambiente de positiva actitud en concordancia al amor y servicio. Fe no es esperar a que otros hagan para ser beneficiado por ello. Fe es una consciente determinación de alcanzar retos, y para lograrlo no se escatima ningún esfuerzo en aras de la realización de lo pretendido. Es este tenor que Jesús hacía énfasis en la fe, y aseguraba que, si se tuviera fe, ordenarían a la montaña que se traspasase y esta obedecería. ¿Dónde radica entonces la fe? La fe se determina en la fuerza, en el poder, en la certeza y seguridad de que, sí se puede con la actitud del carácter y la fuerza interior que poseemos, y que no usamos por tener dudas prevalecientes antes de encaminarnos a lograr algún proyecto.
La vida es como el matrimonio “Un proyecto que en alianza se hace común a todos como familia y conglomerado social. Y de esto se deriva que lo bueno o malo que se realice nos será devuelto, específicamente por la sociedad en la que participamos, y por demás, mismo con la cualidad adjetiva con la que la hemos alimentado. Se infiere que, como producto de esto, hoy desafortunadamente estamos acosados por diversos miedos. Siendo así y visto con elocuente manera de mejoramiento, cabe a cada uno de nosotros de manera individual y para que sea colectivo, hacernos compromisarios en la medida de nuestras posibilidades de trabajar para revertir este estado de situación que nos acogota con sufrimientos e impotencia, Siendo por tanto la fe, la actitud comprensiva y la firme decisión, motores impulsadores. Estamos en punto de rebote y se hace propicio el tiempo para salir de este maremágnum de pasiones desorbitadas y de innobles sentimientos, ¡Arranquemos! Con la fe en Dios y su poder en nosotros lo lograremos.