Senderos
¡Estamos aquí y ahora y cuanto hay que agradecer!
Estamos metidos en la vorágine del tiempo. Nos columpiamos en las dualidades. Unas veces arriba con entusiasmo, y optimismo, otras tantas abajo, con preocupaciones, ansiedades y dudas. Preocupados siempre, no nos salimos del pasado, quien con recuerdos nos atrapa con culpa, nostalgia, y estigmas en la conciencia. Y galopamos como caballos sin bridas, a un futuro, que es un acaso, un fortuito sueño, basado en utópicas y quiméricas esperanzas de realidades, y con ello, creamos ansiedades por querer tener y guardar para ese tiempo; y olvidamos vivir el ahora, que como presente promisorio tenemos.
¡Presente!, así se expresa en ahora como un regalo. Vivir el ahora, es darle calidad con la gratitud de vivirlo con su experiencia acumulada, que hace valorarlo más, de lo vivido en el pasado, que, como reducto, ha hecho la cama, que como haber de vida, hemos acumulado. Vivir aquí y ahora, es la realidad tangible, el pasado es substrato de lo que se vivió. Mañana, no se sabe si existirá como vida. Ojalá así sea. Y si así fuere, vendrá con sus circunstancias y soluciones. Solo estar alerta, y prepararlo auspicioso en este ahora. Hoy. Pero, no obviemos este presente; lo que tenemos ahora es real. Lo estamos viviendo ya, y debemos disfrutarlo con optimismo, buena actitud, sin miedos, y sin limitación en la mente.