San Fermín

Siempre me extrañaban los juegos en Pamplona: correrles a un toro por las calles de la ciudad y no lo entendía. Cuando pequeña, en España jugábamos con la pelota cantando: 1 de enero, 2 de febrero, 3 de marzo, 4 de abril, 5 de mayo, 6 de junio, 7 de julio San Fermín, a Pamplona hemos de ir con una media, con una media, a Pamplona hemos de ir con una media y un calcetín.

Y viendo el calendario católico busco quien era San Fermín y me entero que él fue el primer obispo de Pamplona que vivió en los siglos III y IV en esa ciudad del norte de España.

“Él era hijo de un senador romano de nombre Firmo, posiblemente un alto funcionario de la administración romana en Pamplona y de una noble dama de nombre Eugenia. 

Fue Patrón de Amiens y Leseca, patrón de la diócesis de Pamplona y Co-Patrón de Navarra junto a San Francisco Javier. Fue martirizado en Amiens después de haber bautizado a miles de personas. Las fiestas de San Fermín se celebran en su nombre. Por eso los corredores del encierro le cantan cada día antes de la carrera, en la salida de los toros.

“También se amarran un pañuelo rojo al cuello para recordar el martirio y la sangre derramada por el mártir".

Preferí escribir sobre este santo muy reconocido en el mundo internacional, gracias a la novela de Hemingway, pero poco en nuestro país a no ser por los españoles que viven aquí y en las redes que hoy en día son nuestra mayor competencia. Amén.