¿quién educa al pueblo?

La Santísima Trinidad: un Dios que no es soledad sino familia

La Santísima Trinidad es la afirmación de que hay tres personas que forman un solo Dios, una unidad inseparable

Maruchi R. de Elmúdesi

Maruchi R. de ElmúdesiArchivo LD

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María Teresa de elmúdesiEspecial para Listín Diario 
​Santo Domingo

Dios no es solitario. Es amante, amado y amor, decía San Agustín.

La puerta de la casa es Cristo y sin Cristo no entramos a Dios y la llave es el Espíritu Santo.

Es un misterio práctico. Descubrimos quiénes somos nosotros: familia, quienes somos criaturas, porque somos hijos, hermanos, y la carne de Jesucristo, carne ungida por el Espíritu Santo.

Somos presencia de la Trinidad en comunidad. Dios, que es la familia. Debemos vivir en la unión matrimonial: familia- vida, amor, comunión, fecundidad.

Somos Cristo mismo, presencia de la Trinidad en toda la historia. Leyendo Sinodalidad - es como una rueda de bicicleta.

Decía el papa Francisco que la sociedad es fría: usar, tener; descartando a la gente, de hambre, de violencia . La gente no encuentra más valores que los que vemos por los ojos: dinero, dinero, solo dinero.

Si en lugar de esa sociedad fueran: Padre, Hijo y el Espíritu Santo, Frateli tutti. Encuentro de personas, etcétera.

Cambiar corazones y estructuras, pero sean hombres y mujeres nuevos para un mundo nuevo.

“Hoy reiniciamos el tiempo ordinario y celebramos la Santísima Trinidad, el principio y fin de todo.

Hoy es un recordatorio de que nuestra historia se desarrolla bajo la mirada amorosa de un Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Un misterio profundo y difícil de expresar.

La Santísima Trinidad es la afirmación de que hay tres personas que forman un solo Dios, una unidad inseparable: un Dios que es una unidad y relación amorosa entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Este misterio nos invita a maravillarnos ante la grandeza y la comunión de Dios. Nos enseña que debemos sentirnos amados y enviados a compartir la gran noticia con todas las naciones, movidos por Aquel que estará siempre hasta el final de los tiempos". (Tomado de Rayo de Luz).

Oh, Señor, en tus manos pongo mis cargas y mis anhelos, confiando en tu amor y en tu guía en cada paso de mi camino. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Amén.

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