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El respeto como un derecho para la buena convivencia
Las reglas son un pacto de derechos y deberes que los humanos asumimos cuando estamos en sociedad; usualmente son directrices sencillas que nos ayudan en la convivencia, desde un grupo virtual hasta en el diario vivir.
Estos acuerdos a veces existen hasta sin redactarse y ayudan a que la diversidad no se vea afectada y todos los involucrados asuman como algo valioso la convivencia, pues todos tenemos diferentes ideas, credos, gustos personales, religiones, preferencias políticas y deportivas, y un sinfín de diferencias más.
Aquellos que compartan las mismas ideas y gustos puede que se identifiquen con quienes coinciden. Pero ¿qué pasa con quienes no lo hacen?
¿Hay que atacarlos, hay que mofarse de sus diferencias, hay que menospreciar aquellos que los diferencia? ¡No! Todo lo contrario, aquí es donde entran las reglas.
“El respeto al derecho ajeno es la paz”, dijo el estadista mexicano Benito Juárez y no se equivocó. El concepto “respeto” es el resultado de los valores que la misma familia debe inculcar en sus miembros, aunque lastimosamente algunos puedan ser irrespetuosos en su vida personal, laboral o social.
Respetar no es sinónimo de debilidad sino de fortaleza, asumir las diferencias y respetar es algo que nos debe diferenciar de los animales; el respeto es quizás una enseñanza que todo ser humano debe ser capaz de vivir y promover en su vida.